Capitulo XXXII: Una Ayuda Inesperada

74 33 3
                                    

"La amistad no se trata de quien vino primero o quien te conoce más tiempo. Se trata de quien llegó y nunca se fue..."(Candidman).



Kaira se encontraba acostada en la cama de Norman hecha un ovillo. Se sentía de lo peor, como una traidora, como una mentirosa aunque en el fondo sabía que lo era, tan solo pensó que podía redimirse si les cuidaba. Recordó constantemente el dolor en aquellas que para ella eran hermosas perlas de color verde. La pelea que tuvo que tener antes de irse corriendo le ardía en el pecho.

Alicia estaba acostada a su lado acariciándole la cabeza y por lo menos la chica que no entendía las emociones o comportamientos humanos pudo entender mejor que nadie que necesitaba ella en esos momentos, compañía y nada más.

—Kaira deja de culparte y ser tan dura contigo. Eric y los demás actuaron como idiotas, bueno Norman también un poco —le mencionó al final con una mueca parecida a una sonrisa—. El caso es que no importa Kai, con el tiempo volverán a encontrarse, por ahora ya pensé en tres mil escenarios posibles y el mejor es en el que los ayudamos en las sombras y contactamos con tus amigos, los otros agentes rebeldes.

Los ojos de Kaira brillaron al escuchar a su escuadrón. A ellos también los extrañaba mucho y volver a trabajar juntos, mas Alicia sería increíble. La agente asintió sin pensárselo más y entre las dos empezaron a empacar ropa y comida.

Kaira le había dejado una nota a Norman sobre su cama para que cuando la leyera se acordara de ella. También se había llevado al lobo de peluche pues sabía que lo iba a necesitar ahora más que nunca. Aun así su voluntad volvió a caer.

Se sentía destruida por dentro. Justo cuando pensó que había ganado a las personas que juraba que no le clavarían una daga en el pecho, ahora las había perdido en menos de diez minutos. Apretó más el peluche sabiendo que había omitido ese gran detalle, pero era obvio que ella estaba relacionada con la Nación Roja, su hermana formaba parte de ella. No le dio más rollo al asunto y empezó a ver como por la ventana empezaba a llover. En esa época era normal en aquel país, ya que estaban en invierno.

Alicia adivinó que Kaira estaría en el apartamento, pues los muchachos no llegarían a más tardar unos días. Vio a quien ahora consideraba su mejor amiga de espaldas abrazando aquel gran peluche mientras lloriqueaba patéticamente a su punto de vista.

Se acostó a su lado abrazándola por la cintura, de nuevo, mientras acomodaba la cabeza en el cuello de la agente quien dio un pequeño gemido de susto al sentir el abrazo, pero al ver que era Alicia se tranquilizó al instante.

—Norman y los demás me odian Ali —chilló la agente con la voz aguda ronca de tanto llorar.

—Norman no te odia de eso estoy segura, pero los demás seguro que sí. Tienes que admitir que esa mentira que llevabas se hizo más grande de lo que esperábamos, tal vez piensan que todas sus desgracias se deben a ti —le explicó Alicia como si estuviera proponiendo una teoría.

—Pero te prometimos que seriamos una familia y por mi culpa ese sueño quedó destrozado —le dijo la gente volteándose para ver a la rubia quien mantenía una mirada inexpresiva a la que Kaira se había acostumbrado.

—No todo es tu culpa, Franco, Samanta, Tiziana y Eric actuaron por la rabia. —le explicó ella.

De un momento a otro sonrió y gritó "¡Galeo!" al escuchar sus ladridos de emoción, abrazó y acarició al perrito durante bastante rato. Luego de que se le pasó la emoción Alicia le había explicado de cómo Galeo la siguió durante todo una hora por la ciudad. Ese perrito sí que las quería, el único que le brindó su amor incondicional.

SIN DESTINO: EL INICIO (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora