Capítulo IX: Un Pasado Amargo (Parte 1)

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"Un gran error es arruinar el presente, recordando un pasado que ya no tiene futuro". (Anónimo).

9 de enero de 2017. Base militar subterránea. Antártida, ubicación con coordenadas exactas desconocidas.

Con un gran estruendo aterrizó un avión militar de transporte, uno de colores rojos y negros, con el logo de una serpiente alada enroscada en una manzana. Era de un tamaño considerable, pues al apagarse y abrirse las compuertas, salió un gran número de individuos.

—¿Son todos? —preguntó el encargado de la base, un veterano militar ahora encargado del proyecto en desarrollo "Soldados de Elite" o "Renacer de Lilith".

—Son todos señor. Cincuenta y dos niños de catorce años, todos ofrecidos de sus padres para el proyecto de resurrección —le contestó el piloto volteando a ver a los infantes.

El encargado le asintió al piloto y dio la señal para que bajaran a los niños y los llevaran adentro del complejo militar. Ahora vendría la parte más difícil para ellos.

Dentro de esa multitud se encontraba una pequeña niña que a simple vista se veía más débil y asustada que los demás. Tenía el cabello de color marrón oscuro hasta los hombros y unos hermosos ojos azules. Su piel era morena clara, la cual brillaba con el sol; el sol, a pesar de estar presente, le helaba los huesos, pues aquella zona era gélida por la base.

A pesar de que varios niños se le acercaban, todavía moqueaba y lloraba por la ausencia de sus padres, haciendo que los demás niños pasaran de ella en esos momentos. Todos los chicos fueron sentados en cincuenta y dos sillas de un modelo muy cómodo; al frente de ellos se encontraban unas pantallas gigantes con tecnología militar.

La pequeña niña subió y pegó sus piernas a su pecho, abrazándolas al mismo tiempo. Tenía frío y miedo, no sabía qué sucedía y ninguno de esos niños o adultos les inspiraba confianza alguna. Quería a su papá o al menos a su hermana.

—Muy bien, muchachos, sé que están desconcertados y dirán, ¿por qué mamá y papá no están acá conmigo? El encargado sonrió y tomó lo que parecía una tableta digital. Se los explicaré a continuación —exclamó para luego tocar un pequeño botón haciendo que la pantalla mostrara un logo.

En la pantalla apareció una pequeña cruz de color negro, que conectaba con una luna en su parte superior. Debajo de aquel extraño símbolo se hallaban las palabras "Proyecto Lilith, Fase Renacer".

—Sus padres pagaron para que recibieran la mejor educación y el mejor entrenamiento, tanto en combate cuerpo a cuerpo cómo con armas de fuego, así como mejorar sus habilidades cognitivas y fisiológicas; todo para que sirvan al próximo orden mundial y al padre de todo Adán —explicó el encargado regalándoles una sonrisa, cosa que no funcionaba entre los infantes...

En las caras de los niños hubo sorpresa, miedo, confusión, emoción, sonrisas, y un terror inimaginable en el caso de la pequeña niña, quien pensaba que la habían enviado a un campamento militar por haberse portado mal, aunque ella no recordaba haberse portado así.

—Ustedes formarán parte del proyecto Lilith, financiado por la N.R.U; se convertirán en los espías de su nación y mejores soldados en todo el mundo. Llevarán a su Nación a la cima y acabarán con los enemigos de esta. Repitan conmigo ¡Nepobedimyy! (¡Invencibles!).

Y así lo hicieron todos al principio, pero inseguros y en un tono bajo. La pequeña niña intentó decirlo, pero sus palabras se quedaron dentro. No podía.

—¡CON MÁS FUERZA TRES VECES! —gritó el encargado algo molesto al ver la poca determinación de aquellos niños malcriados y mimados.

La primera fue un poco más fuerte que la anterior, luego la segunda fue más fuerte; en la tercera, sin saber qué los impulsaba, gritaron todos con euforia, menos la niña y otros cinco niños más.

SIN DESTINO: EL INICIO (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora