Capitulo LIII: La Batalla por la Humanidad (Parte 3)

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"Los héroes más grandes ponen a los otros antes que a sí mismos"(Spider-Man).



Alicia estaba sentada meditando para atraer la cantidad suficiente de infectados para el segundo asalto, pues ya estaba tranquila. Kaira estaba sentada abrazando sus piernas con la cabeza agacha mientras que Annia abrazaba la catana de Juri, la cual le había limpiado la sangre para que no perdiera su filo.

El pequeño grupo de súper soldados les ayudaron a escapar dando sus vidas al enfrentarse a Ruth quien acababa con cada uno de una sola estocada, pero al dejar los cuerpos de sus amigos ambas sintieron la necesidad de regresar, necesidad que fue negada por los fuertes brazos de Alicia quien les arrastró a un edificio destruido para refugiarse antes de que llegara la noche.

Las tres se sentían un poco más tranquilas al saber que los soldados de rojo se habían retirado a la colmena. Habían ganado aparentemente la batalla, pero por un costo demasiado alto para su pequeño grupo.

Por un súper soldado que se atrevió a salir de su agujero supieron que el escuadrón aéreo decidió seguir el ejemplo de su líder, Tiziana, haciendo repetidos ataques kamikaze los cuales lograron tumbar una de las grandes naves carmesí, dejando una última muy dañada y apenas defendible.

—Hay que reunirnos con los demás y organizar el ataque, pues tenemos hasta el amanecer —mencionó Kaira casi como una orden, ya recuperada, pues no lloraría por las pérdidas o se derrumbaría sino hasta después de acabar con la batalla.

—Concuerdo contigo jefa, debemos reunir al mayor número que podamos y acabar con esto de una vez por todas —dijo Annia quien terminó por recostarse en el hombro de Kaira con grandes ojeras y respiraciones toscas.

—Norman, Franco e Grace están bien —dijo Alicia arrugando el rostro, pues a través de los infectados que no tuvieran sus órganos visuales dañados, podía ver lo que ellos veían.

—Gracias al cielo —dijo Kaira sonriendo aguantando las ganas de llorar de felicidad, Norman estaba vivo, todavía no lo había perdido todo— ¿Dónde se encuentra?

—A unas quince cuadras de nosotras. Eric, Samanta y Tiziana están a unas veinte y cinco —terminó de decir Alicia para volver a su trance e atraer más ayuda.

—Tiziana sobrevivió, subestime a esa chica —dijo Annia sonriendo con los ánimos renovados, aun podían pelear, no se rendirían ahora que tenían oportunidad de ganar.

— ¿Qué me dices de la central de rojo, está muy fortificada, ¿cuántos soldados hay? Ruth y sus lacayos están ahí? —preguntó Kaira ansiosa de tener que pelear de nuevo con su diabólica y loca hermana.

—En efecto ahí están, con muchos soldados. Infectados sobran junto a tanques y helicópteros que aún quedan, pero solo unos pocos —le dijo Alicia para abrir los ojos y encararlas.

—Annia debes buscar a Eric. Kaira busca tú a Norman. Cuando las dos los encuentren diríjanse aquí mismo, yo trataré de buscar a algunos supervivientes, si encuentran a alguien de camino tráiganlo, tenemos específicamente seis horas para el amanecer, donde seguramente activaran aquella arma de la que tanto hablaban.

Kaira corrió tan fuerte que temió a la vez fracturarse las articulaciones de los pies. Al llegar al lugar donde le había indicado la agente miró hacia todos lados desesperada, con el corazón en el cuello y el rostro lleno de sudor, sangre y tierra.

— ¡Norman, Norman, Grace, Franco, aparezcan soy yo Kaira! —gritó ansiosa mirando hacia todos lados sin ver nada en realidad, pues todo estaba oscuro por la noche, tan solo se podía ver polvo levantado, algunos vehículos en llamas aun, escombros y la poca luz de la luna que pasaba a través de las nubes.

SIN DESTINO: EL INICIO (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora