Capítulo XXIX: Una Antigua Compañera

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"La tarea que tienes por delante, nunca será mayor que el poder que te respalda". (Efesios 6:10)



—Norman hijo de puta, maldito mujeriego insensible —gruñía Kaira mientras caminaba a paso rápido por la gran ciudad de Valencia.

Dentro de unas cuantas horas iba a amanecer, de todos modos no necesitaba dormir mucho así que no le dio mucha importancia. Al llegar a un oscuro callejón por la rabia activó sus habilidades, haciendo que sus ojos azules brillaran con intensidad y las venas de sus brazos y cuello se marcaran a simple vista.

Sin pensárselo pateó un bote de basura para luego soltar un chillido al ver como volaba por el cielo. Se pasó la mano por la frente y se sentó en el suelo lleno de polvo recostando su espalda de la pared. Por un rato se quedó mirando el hermoso cielo repleto de aquellas luces llamadas estrellas ¿Estaría haciendo lo correcto? Mentirle a todos, engañar y fingir ser otra persona ¿Tanto valía su venganza? negó con la cabeza pues claro que lo valía, acabaría y haría lo que fuese para matar a aquel hombre que le disparó a su padre enfrente de ella, mataría al espectro.

Se levantó llena de ánimo y determinación cuando del cielo cayó una figura enfrente de ella agrietando el suelo pavimentad. Rápidamente saltó rodando por el suelo y se dispuso a ver quién había hecho semejante hazaña, su corazón empezó a latir rápido producto de los nervios pues reconocería esa armadura en donde fuera.

Era la misma armadura negra de Juri su antigua amiga. Su armadura tenía dos pequeños cuernos puntiagudos orientados hacia atrás, su visor antes rojo ahora era negro. Le sorprendió que ahora contaba con más placas de metal del mismo color por el cuerpo y a diferencia de hace años el traje se veía más moderno, con nueva tecnología. De su cintura desenfundó una larga catana de color plateado y apuntó a la agente Ivanovs en dirección al pecho.

Kaira tragó saliva y emprendió carrera hacia el departamento. Al correr con sus habilidades sentía como dañaba los deportivos que Norman le había prestado para ir más cómoda pues había dejado sus zapatos especiales en el departamento. Sintió como su antigua compañera le pisaba los talones, como rompía el pavimento por sus pisadas cargadas de fuerza sumada al peso del traje.

Al llegar a la entrada dio un impresionante salto de unos siete metros de alto para terminar cayendo en unos arbustos. Se levantó de prisa y siguió su carrera hasta sentir un impacto en su espalda que la mandó a volar. Al caer rodando en el suelo terminó boca arriba con la visión borrosa y un dolor en su columna que le hizo gritar y derramar algunas lágrimas. Al intentar levantarse sintió como si su espalda se fuese a quebrar en ese mismo instante.

—Kaira Ivanovs, quedas detenida por favor entrégate sin oposición para no caer en un conflicto, pues no me importaran los civiles o destrozos, la prioridad es asesinarte o capturarte y prefiero la segunda —sentenció la soldado de armadura deslumbrante ante las farolas de la urbanización universitaria.

— ¡Kaira! —gritó Alicia deteniéndose mientras observaba a la figura enfrente de su amiga, sintió miedo al ver aquella máquina, de casi dos metros, con metal por todo su cuerpo y armas por doquier.

En tres segundos Alicia yacía agarrándose el estómago gracias al dolor del golpe que le propinó Juri, ni siquiera le dio tiempo para pestañear y la le había atacado. Kaira intentó golpearla pero la soldado sostuvo su puño apretándolo y rompiéndole los dedos al instante. Un alarido de dolor se oyó en todo el lugar alertando a los demás del grupo.

— ¿Oyeron eso? —preguntó Eric asomándose por la ventana, tomando aire para gruñir de desesperación, estaba cansado.

Al ver como una especie de robot de color negro futurista le daba un rodillazo en el rostro a Kaira y una patada en la rodilla salió corriendo hacia abajo por las escaleras, de todos modos no creía que fuera capaz de descansar ni un minuto en esa maldita semana.

SIN DESTINO: EL INICIO (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora