Pecado y Monstruo
He pasado desde la llamada de Arch encerrada en el baño, principalmente para maquillarme como lo pidió, y ahora porque no me atrevo a salir después de terminar con lo primero.
No ha quedado mal, pero a mis ojos tampoco se mira bien.
Es como tener frente al espejo a una chica parecida a mí, pero completamente diferente.
Las líneas de mis ojos son un poco gruesas, pero han quedado simétricas y perfectas, he puesto rímel a mis pestañas y se ven mucho más largas de lo habitual. Me he oscurecido ligeramente las cejas y el único labial que he encontrado es de un color rojo escarlata que ahora estoy arrepentida de haberme puesto.
Quiero creer que de verdad me veo bien, pero mi yo pesimista, inseguro y sin un gramo de amor propio me jura que parezco niña de cuatro años robando el maquillaje de su madre.
Oigo que la puerta del apartamento se abre, y tras algunos segundos dos voces varoniles se escuchan aunque no son claras.
Archer está aquí, de eso no hay duda.
—Ari, ya llegué — informa dando unos golpecitos a la puerta, misma a la cual pego la espalda para evitar que sea abierta aunque tiene el seguro puesto.
—No lo haré — niego cerrando los ojos —, no pienso salir de aquí.
—Hey, ¿te encuentras bien? — oigo que Belcebú se acerca rápidamente y se escucha preocupado.
—Por favor, Aradia, no vas a hacer esto — pide Archer con voz divertida, pues él sabe por qué me niego a salir —, es solo maquillaje.
—No es solo maquillaje, lo convertí en un enemigo en cuanto lo he tenido en las manos — sollozo a punto de llorar.
—Aradia — nombra Arch, sin embargo una carcajada le impide continuar —, vamos, a veces eres más exagerada de lo normal. Solo abre la puerta, si algo no ha salido bien podemos arreglarlo.
—Es que todo ha salido bien y parezco integrante de Mayhem luego de tirarme agua encima.
La comparativa es suficiente para que mi amigo se eche a reír con fuerza.
—Anda, seguro que Death envidiaría el maquillaje que te has hecho.
—No quiero — me niego con voz aniñada.
—Ari, no puedes permanecer encerrada en el baño de por vida, eso es algo que ambos sabemos. Abre la puerta.
Si fuera posible seguro si me quedo de por vida aquí adentro.
—Está bien — acepto —, pero al primero que se burle de mí le rompo la nariz — sentencio.
—De acuerdo, abre ya.
Respiro profundo y despego la espalda de la madera. Espero unos segundos mientras decido si apagar la luz o dejarla prendida, pero al final la dejo como está.
Giro la perilla y me doy unos segundos extra antes de dejarme al descubierto.
Ambos están ahí, parados a menos de un metro de la entrada y mirándome.
—Si ya me vieron una vez dejen de hacerlo ahora, me ponen nerviosa — pido.
—Cuando usaste a Mayhem de ejemplo creí que las cosas pintaban mal — se queja Archer —, te ves bellísima, te imaginaba con un delineado al estilo Amy Winehouse.
Siento que las mejillas me arden de vergüenza y quiero volver a encerrarme en el baño, pero Archer no para de examinar el maquillaje y Belcebú solo me mira en silencio, con rostro agradable pero sin decir nada.
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Tentación
ParanormalUn lluvioso viernes por la noche, Aradia y su amigo Archer se encuentran viendo una serie como cada fin de semana. Sin imaginar que esa noche será diferente a las demás, y el capítulo que miran se verá interrumpido por un apagón provocado por la to...