Paz y guerra
Un ruido muy bajo consigue traerme de vuelta a la realidad.
Cuando abro los ojos la luz matutina amarillenta ya entra por la ventana.
Me incorporo ligeramente con los ojos entrecerrados, pero no veo nada. Todo está muy quieto y en su lugar.
Aunque yo estoy sola en una cama que no es mía.
Me pongo de pie y salgo de la habitación. Oigo ruido en la cocina, por lo que me dirijo allí silenciosa.
Miro en secreto y me encuentro a Belcebú haciendo el desayuno.
Salgo a la vista dejando que me mire y admirándole.
—¡Monstruo! — me echo a sus brazos enseguida.
—Pecado — corresponde abrazándome con fuerza y alzándome del piso.
—Estás bien — admiro mirándole a los ojos —. Estás de pie.
—Todo gracias a ti — enfatiza.
—No es así, Lucifer también ayudó.
—Mándalo a la mierda — deshecha con diversión —. Tú me salvaste la vida
Mis labios son reprendidos por los suyos, nos besamos sin la menor calma y olvidando el resto a nuestro alrededor.
Oigo que el aceite del sartén prendido comienza a salpicar y el demonio me aleja para protegerme de una quemadura.
—Había planeado hacerte el desayuno — dice separándose de mi boca —. Y despertarte con el, pero como siempre has arruinado la sorpresa.
—¿Como siempre? Eso ya suena personal.
—Siempre descubres las sorpresas.
—No es cierto, es solo que le tengo miedo a las tuyas y necesito asegurarme anticipadamente que no será ninguna locura.
—Vamos, Pecado — me mira con ojos entrecerrados —. Vuelve a la cama y espera el desayuno.
—Puedo quedarme aquí y mirar como lo haces — propongo viéndole con una sonrisa.
—Mejor desnúdate y espera en la cama mientras vuelvo.
No me resisto a ello, doy la vuelta y vuelvo a la habitación, pues estoy muy cansada.
Subo a la cama y me cubro con las cobijas. Mi pómulo se siente dolorido al contacto con la almohada, y al recordar el momento del golpe me entra una punzada allí.
Seguro que se ve horrible, incluso podría estar roto y necesitar de una operación.
Me deshago de malos pensamientos y mis dedos inspeccionan mi cara con cuidado.
Siento dolor cuando toco, pero no creo que haya nada roto.
Puedo inventar que tuve una pelea. Después de todo no quiero mencionarle a nadie lo que ocurrió en verdad, no puedo hacerlo aún cuando eso sea encubrir a un asesino.
Y la duda de lo que haya sido de Caín me da escalofríos.
El asesino está ahí afuera.
Suelto.
Sin límites, completamente fuerte y de pie.
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Tentación
ParanormalUn lluvioso viernes por la noche, Aradia y su amigo Archer se encuentran viendo una serie como cada fin de semana. Sin imaginar que esa noche será diferente a las demás, y el capítulo que miran se verá interrumpido por un apagón provocado por la to...