34

834 119 26
                                    

Playa de media noche

Dejamos la acera atrás y comenzamos a andar sobre la arena.

Estoy demasiado tomada como para caminar sin tambalearme, pero Belcebú me lleva del brazo como soporte para que no termine cayendo.

Solo espero que Archer no me odie por habernos marchado de club sin avisar.

—¿Te encuentras bien? — pregunta y rompe el silencio.

—Sí — confirmo aunque siento que todo me da vueltas y el piso bajo mis pies se mueve como gelatina.

—¿De verdad jamás habías bebido?

—No de esta forma — soy más específica.

—Pues déjame decirte que para ser la primera vez tuviste mucho valor de beberte esa botella de vodka — admira.

—Solo fueron unos tragos — le resto importancia, pero voy arrastrando las palabras.

—Por supuesto — acepta riéndose de eso.

—¿Quisieras no burlarte de mí? — pido —. Está bien, estoy ebria, más de lo que quisiera y ya es suficiente vergüenza con tener que estar así contigo.

—¿Vergüenza por qué?

—Porque... porque... — estoy segura que tenía un motivo hace diez segundos, pero ya se me ha olvidado —. Porque sí.

Belcebú suelta una carcajada y a mí sólo se me calienta la cabeza sin razón.

—¡Ya te dije que te calles! — reprocho echándome sobre él, y aunque consigue sostenerme a tiempo pierde el equilibrio y ambos terminamos en la arena.

—Bueno, ya me callo entonces — cede, y yo solo dejo caer la cabeza sobre su pecho.

—Maldita sea — murmuro derrotada.

—¿Todo bien?

—No — niego sin moverme.

—¿Hay algo que quieras contarme?

—No.

Logro girarme y caigo de espalda a la arena, mi vista ve el cielo dando vueltas y solo cierro los ojos esperando que se detenga.

Yo con ganas de esclarecer la situación entre Belcebú y yo, y el alcohol sin ganas de dejarme pensar claro.

Doy la vuelta y me pongo de pie sin pensarlo demasiado.

Me quedo quieta un segundo para asegurarme de no volver al suelo al primer paso, y cuando estoy segura de que puedo con esto voy hacia el mar.

—Hey, ¿a dónde vas? — escucho al chico pararse y seguirme rápidamente.

—A ahogarme al mar — miento.

—¿Que estás loca? De ninguna una manera pienso permitirlo.

—Era mentira, pero parece que te preocupaba lo contrario — denoto.

Tentación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora