Liam por fin se había dormido. Kentin insistió en que nuestro hijo tenga su propia habitación de pequeño para que aprenda a dormir sólo, Aunque yo, cómo buena madre primeriza, tenía el comunicador encima mío casi las veinticuatro horas del día.
-¿Cómo está mi campeón? -preguntó la voz de mi marido en mi oído, yo le sonreí.
-Creciendo fuerte y sano -le dije mientras veíamos cómo Liam dormía complacido en su cuna, completamente abierto.
-Estaba pensando que podríamos aprovechar, ahora que Liam se durmió -susurró provocativamente Kentin. Las mariposas en mi estómago se dispararon.
-¿En serio? Si es así entonces espérame en la cama -me di vuelta y le mordí el labio. Kentin se rio y salió de la habitación de Liam, cerrando suavemente la puerta. Yo me acerqué a nuestro hijo que dormía.
-Por favor, trata de no llorar por unas horas, mamá y papá necesitan un tiempo a solas, ¿de acuerdo, Liam? -le susurré, le di un beso en la frente y salí de su dormitorio.
Entré al baño del pasillo y encendí la luz, la maternidad estaba haciendo sus desastres en mí, estaba pálida y ojerosa, había ganado unos kilos después que Liam nació, mi cabello estaba un poco seco. Ámber siempre me decía que tenga paciencia, que cuando mi hijo empiece a dormir toda la noche mi vida volvería a cambiar, esperaba que tuviera razón, porque ahora la que no dormía era yo para comprobar que Liam estaba bien.
Cepillé mi cabello, me maquillé un poco y me acomodé el busto. Fuser entró moviendo la cola, a pesar de tener cerca de unos ocho o nueve años seguía tan activo cómo siempre.
-Tú también trata de no lloriquear por un rato -le dije y acaricié su cabezota. Me miré al espejo y suspiré para relajarme-. Vamos, Annie. Todavía eres una perra sexy.
Ahí voy... Intenté no ponerme nerviosa, abrí la puerta y... Kentin estaba acostado en la cama, roncando y completamente dormido.
Mi libido se fue en dos segundos.
-¿En serio? -pregunté, no podía ser... Así era la vida de padres primerizos, cero sexo y mucho sueño. Ni modo, a dormir.
Me acerqué a mi lado de la cama, me quité la ropa y busqué debajo de la almohada la remera desteñida que usaba para dormir, me la pasé por la cabeza y apagué la luz de mi velador.
Me acosté boca arriba mientras Kentin seguía roncando a mi lado.
-¿Estás seguro? -pregunté mientras sostenía a Liam en mis brazos.
-Sólo será un viaje corto, necesito que pasemos unos días juntos, sobre todo quiero tener intimidad contigo -me suplicó mientras me mostraba los folletos hacia Cartagena de Indias.
-La última vez te dormiste -reí, Kentin me miró con mala cara.
-Estaba muy cansado, Liam no paró de hacer berrinches -respondió-. Además, ya hablé con Caroline y están encantados de cuidarlo.
-No sé, Kentin... No quiero dejarlo sólo -le dije mientras intentaba pensar que hacer. Quería irme de viaje con él, pero Cartagena quedaba muy lejos y era muy caro-. ¿Y si vamos al pueblo que sigue? Sería un viaje más barato.
-A dónde tú quieras, pero quiero que vayamos SOLOS -me recalcó Kentin.
Me sorprendió la necesidad urgente de mi marido para tener intimidad, aunque yo también la necesitaba. De hecho, al regresar hablamos de tener otro hijo, y eso hicimos, durante los siguientes días, durante unas horas, éramos un par de adolescentes.
-Creo que estás apresurándote a tener familia, Annie -me dijo mi madre, sosteniendo una taza de té en sus manos cuando le conté que esperaba un segundo bebé-. Debes esperar un poco entre un embarazo y otro, así cuando uno de tus hijos ya no requiera tanta atención podrás concentrarte en el otro, de lo contrario, te verás saturada.
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Corazón de Melón con Fresa (libro #4)
FanfictionREEDICIÓN 2023: Esta historia ha sido reeditada a fin de corregir errores de gramática, coherencia, cohesión, ortografía y sintaxis que cometí cuando la escribí por primera vez. Espero que disfrutes de esta nueva edición. CONTENIDO DE LA HISTORIA: ...