Cambios

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Helena y yo nos miramos mientras nuestra jefa seguía de pie esperando nuestra respuesta. Pero Helena fue más sensata que yo.

-¿Podemos discutirlo un momento? -preguntó, Anastasia asintió con la cabeza y volvimos a nuestros escritorios. Helena espió por el marco de la puerta y esperó a que Anastasia se sentara en su silla para poder hablar conmigo-. ¿Quién va, Annie?

-Helen, tú sabes los celos de Kentin y que si llego a aparecer en las revistas al lado de un modelo en mi primer mes de trabajo, va a pensar cualquier cosa -le dije. Helena se llevó los dedos a los labios y pensó.

-Bueno, yo no tengo acompañante para esa fiesta, pero alguien va a tener que estar al lado de Anastasia en caso de que algo malo suceda. Generalmente siempre soy su segunda al mando -susurró, luego me miró con sus ojos-. ¿Vos vas a poder estar al lado de Anastasia?

-Si me dices qué y cómo tengo que hacer en caso de una emergencia, seguramente podré -aseguré. Helena asintió. Volvimos al despacho de Anastasia quien nos miró esperando nuestra respuesta.

-Yo iré -dijo Helena. Anastasia la miró por sobre sus lentes, con incredulidad.

-¿Tú? -preguntó.

-Sí, señora. Annie es muy capaz y es una buena oportunidad para ver si está entendiendo el trabajo, confíe en ella -dijo Helena, yo me afiancé al piso pues temía caerme de espaldas de los nervios que me provocaba aquella mujer.

-Helena, entiendes que un error que Annie cometa será tu ruina. Tú te harás cargo de ella, ¿entiendes eso?-preguntó Anastasia.

-Clarísimo -respondió Helena.

-Muy bien, entonces... a trabajar. -Anastasia dio por solucionado el problema.

Helena y yo regresamos a nuestros escritorios, yo me senté mientras Helena se quedaba de pie, pensando.

-Bien. Esto va a tomar mucho trabajo, así que vamos a comenzar desde ya -dijo mientras buscaba algo en uno de los estantes de la librería que teníamos cerca de los percheros. Sacó una agenda de color negro y la dejó delante de mí-. Esta es la agenda de todos nuestros contactos importantes: Músicos, DJ, catering, floristas, estilistas, fotógrafos, periodistas, etc. Quiero que agendes todos y cada uno de los contactos a tu celular y que no te despegues de tu teléfono.

-De acuerdo -dije mientras tomaba la agenda y la hojeaba, esperaba ver solamente un par de números, pero no: las hojas estaban llenoa, del comienzo al fin.

-Voy a entrenarte, y dejáme decirte que no voy a tenerte piedad. Así que espero que me prestes atención, no tengo problemas en explicarte las cosas varias veces, pero no voy a dejarte ni un segundo de descanso -dijo Helena. Yo tragué saliva.

En vez de almorzar en el comedor, Helena y yo llevábamos nuestros almuerzos a la oficina y comíamos allí. Helena me enseñó etiqueta y protocolo, desenvolvimiento social, el correcto orden de los cubiertos, las copas, las servilletas, entre otras cosas. Al final del día, llegaba a casa e implementaba lo que había aprendido en la oficina. Kentin se burlaba de mí.

-En cualquier momento me obligarás a usar traje para cenar -decía mientras yo colocaba los cubiertos en la manera que Helena me había enseñado.

-La diferencia entre nosotros y el resto de la empresa es que nosotros somos los encargados que todo sea perfecto -dijo Helena mientras se relajaba en uno de los pocos momentos que me permitía para despejar la mente de tanto ceremonial-. El resto se dedicará a disfrutar de la velada.

Apenas terminaba de trabajar, me subía a mi destartalado escarabajo aparcado a unas tres calles de la oficina y regresaba a casa.

Apenas escuchaban las llaves en la puerta, mis hijos venían corriendo ante la felicidad de verme. Estaba haciendo horas extra casi todos los días, eso significaba más dinero y más tiempo para aprender, pero menos tiempo con mi familia y más agotamiento para mí.

Corazón de Melón con Fresa (libro #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora