La boda de Liam con Carmencita fue especialmente hermosa e íntima, conseguimos un bonito salón en los predios del ejército y todo salió acorde a lo planeado. El padrino de Liam fue su hermano, Dante, y la Dama de Honor de Carmencita fue una de sus amigas que viajó especialmente para ese día, una muchacha muy bonita y de hermosos ojos café. Estaba muy orgullosa de mi hijo mayor y aunque me lloré toda la ceremonia hice lo posible para salir bien en las fotos.
Catrina también había venido desde Europa, aprovechamos su regreso para conversar sobre su embarazo. Sabía quién era el padre y había decidido ser madre soltera, por el momento no quería casarse pero estaba muy consciente que ese bebé que venía le limitaría mucho su vida profesional, ya que sus horarios de ensayo eran muy estrictos y no podría cumplir con ambas obligaciones como ella quería.
-He decidido que voy a solicitar una plaza en el Ballet de la Ciudad y montaré mi propia academia de danza -dijo Catrina mientras elegíamos el vestido que usaría para el casamiento de su hermano. Sacó uno muy bonito de color turquesa-. ¿Piensas que opacará a Carmencita?
-Quizás en otro color, uno un poco más oscuro -le alcancé uno de color azul petróleo, mi hija lo miró con ojo crítico.
-Muy de colegio, mamá.
-¿Y este? -le mostré uno de cuello americano y color esmeralda, lo tomó y observó cada detalle.
-Está bonito, ¡voy a probarme este! -anunció a la vendedora. Nos condujeron a los probadores y mientras ella se probaba el vestido que habíamos elegido yo me senté en el sillón para esperarla. Me observé al espejo con detenimiento pues con el paso del tiempo ya no podía reconocerme al espejo.
Mis cincuenta años se estaban haciendo notar; había elegido un corte de cabello mucho más acorde a mi edad, apenas pasando la línea de los hombros y con el flequillo a un costado, se veían las inevitables arrugas que delataban el paso del tiempo y mi forma de vestir también había cambiado. Atrás habían quedado las faldas, shorts, blusas y camisas escotadas... Ahora lucía más ropa formal pero no al punto de compararse con una abuela... Aunque dentro de poco ya lo sería... También mis ademanes se habían refinado y lo que antes para mi salir sin maquillaje no era la muerte, ahora no podía ni asomarme a la puerta de casa sin ponerme un poco de base y rimmel. Armin por ahí me canturreaba "Señora de las Cuatro Décadas" sabiendo lo mucho que detesto la música de Arjona.
Dejé la cartera en el piso, al lado del sillón dónde me había sentado, y esperé a mi hija.
-¿Y tú que piensas usar? -preguntó Catrina desde el probador.
-Quizás el viejo Jackie que usé para el entierro de tu abuelo...
-Mamá, se casa tu hijo mayor, no puedes usar un vestido que fue utilizado en un momento tan triste como un entierro, tiene mal karma. Además, la boda será de día y es contra las normas del protocolo usar negro de día.
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Corazón de Melón con Fresa (libro #4)
FanfictionREEDICIÓN 2023: Esta historia ha sido reeditada a fin de corregir errores de gramática, coherencia, cohesión, ortografía y sintaxis que cometí cuando la escribí por primera vez. Espero que disfrutes de esta nueva edición. CONTENIDO DE LA HISTORIA: ...