-¡BIENVENIDOS, ESTUDIANTES, A UN NUEVO AÑO EN HOGWARTS! -saludó Dippet, el director. Todos vitorearon, aplaudieron y festejaron. La mayoría de los profesores estaban felices y con una gran sonrisa en el rostro. Otros no tanto- Quiero informarles de la presencia de algunos Dementores en las afueras de Hogwarts. -algunos jadearon con sorpresa y comenzaron a murmurar- No será nada del otro mundo. No los notarán. Están aquí para protegerlos. -Nélida, una de mis compañeras Hufflepuff se puso a murmurar. Estaba terriblemente asustada. Al parecer, su abuelo había sido besado por un dementor y ella había adquirido una gran fobia hacia ellos- Hay un criminal que no lograron atrapar y pedí seguridad para mis estudiantes. -sonrió-No se lo ha visto cerca de aquí, tranquilos.
-¿Quién crees que sea? -preguntó Dean Prescot, un Hufflepuff de último año con el que había hablado mucho últimamente-
-No lo sé. -contesté- Creo que Dippet exagera con lo de los dementores. Si no se lo ha visto cerca, ¿para qué traerlos? -me encogí de hombros-
-¿Y si es mentira? -dijo con paranoia- ¿Y si lo vieron cerca?
-Dippet no mentiría. Él prefiere que estemos al tanto de estas cosas para poder protegernos. Si se lo ve cerca, nos avisa. Ya sabes que él siempre exagera todo. -vi que el director seguía hablando y hablando- No es la primera vez que hay dementores aquí.
-¿Qué crees que pase este año? -preguntó, cambiando de tema-
-¿A qué te refieres? -pregunté-
-Siempre pasa algo interesante. -dijo con una sonrisa- ¿Qué crees que pase este año?
-No lo sé... -dudé- A lo mejor Slughorn adelgaza. -bromeé y nos reímos. Dean era uno de los más apuestos de Hufflepuff y de todo Hogwarts. Eran unos veinte los que, en la lista de nombres que tenemos con Daisy y Melissa, entraban en "los más comestibles". La mayoría era de Slytherin o Gryffindor. El resto estaba en Ravenclaw y Hufflepuff-
-¿Qué hiciste en las vacaciones? -preguntó-
-Fui de viaje con mi madre. -sonreí- A una ciudad llamada Venecia.
-Genial. Me gustaría conocerla. -sonrió-
-¿Qué hiciste tú? -pregunté-
-Jugué al Quidditch todo el tiempo. Mis primos no me dejaban descansar. -vimos que ya estaban seleccionando la casa de cada alumno nuevo- ¿Sigues sin novio?
-¿A qué viene esa pregunta? -me reí y vi que se estaba poniendo rojo-
-¡Hufflepuff! -gritó el sombrero seleccionador. Toda la mesa estalló en gritos y aplausos. Una niña se sacó el sombrero y caminó hasta nuestra mesa-
Así estuvimos por un rato, hasta que terminaron de seleccionar la casa de cada niño y luego comimos. Moría de hambre, no estaba despierta cuando pasaron vendiendo golosinas en el tren, así que no había comido nada desde la mañana. Luego de la cena, desaparecieron los platos y los prefectos nos guiaron hacia nuestra sala común, en el sótano. Finn Haker, el prefecto, golpeó correctamente el barril, explicando que, si se golpeaba equívocamente, el mago o bruja sería bañado en vinagre. Entramos, distribuyeron las habitaciones, felicidad aquí, felicidad allá...
-Oye, Dean. -le hablé al castaño- Cúbreme. Voy a salir. -él frunció el ceño y se acercó a mí. Varias compañeras se quedaron embobadas, mirándolo-
-No puedes, te castigarán si te descubren. -susurró. Sus azules ojos se veían preocupados-
-Si es que lo hacen. -me puse la capucha de la túnica- Voy a ver a Melissa, tiene a Clifford. No puedo dormir sin mi gato. -hice pucherito. Él se mordió el labio y miró hacia donde estaba Finn-