Halloween del 81

3.6K 207 14
                                    

Éste es el relato con el que gané el concurso, muchísimas gracias, espero que lo disfruten <3

***

El amor, la calidez y la paz reinaba en aquella escena, los ojos brillantes de James sosteniendo a Harry eran todo lo que alguna vez había soñado. Pese a las circunstancias, jamás había sido más feliz. Eran una familia, el amor era lo que sobraba y sabía que una vez que todo terminara, podrían vivir con normalidad, criando a su hijo para ser un hombrecito de bien, lleno de generosidad y valentía.

Estaba segura de que cuando su niño entrara a Hogwarts, quedaría en Gryffindor. Casi podía leer la carta que les enviaría luego de su primera semana de clases, feliz por estar en la misma casa de sus padres.
Tenía muchas expectativas respecto a Harry, ella le enseñaría a hacer buenas pociones y James de seguro lo entrenaría en Quidditch. Una vez la paz se restaurara y lograran llegar al mundo ideal que querían para su principito, harían lo posible por hacerlo tan feliz como lo eran ellos al tenerlo entre sus brazos.

Si bien sentía que eran muy jóvenes para ser padres y que pudieron esperar a que la cosa fuera más segura para su hijo, no se arrepentían en lo absoluto. Habían estado necesitando un pequeño destello de luz en medio de toda la oscuridad que los rodeaba desde que Voldemort comenzó a amenazar con la paz del mundo.

Observó casi extasiada a su bonito castaño jugueteando con el bebé, sabiendo que jamás había presenciado una escena más hermosa. Apoyó el puño en la mejilla justo para cuando James volteaba su mirada hacia ella.

– ¿Qué? –preguntó el castaño, sonriendo por las manitos que revolvían todavía más su despeinado cabello. Lily sonrió sin poder evitarlo.

– Nada…

– ¿Cómo que nada? –cuestionó juguetón–. Sé que soy increíblemente atractivo, pero jamás habías disimulado tan mal como ahora…

La pelirroja soltó una carcajada, llamando la atención de su bebé, que sonrió con alegría por oír la risa de su madre. James la observó con picardía y le robó un beso para que dejara de reírse de él.

– No tienes remedio –dijo la ojiverde, negando con la cabeza y estirando una mano para acariciar el rostro de su amado. James se encogió de hombros y fingió inocencia.

– Por eso me amas… Por eso y porque soy bueno en todo lo que hago. Y porque soy hermoso…

– Ya, ya… No te tires debajo de esa manera –cortó Lily con sarcasmo, apartándose ligeramente de James para buscar uno de los juguetitos que Remus le había regalado a Harry poco después de nacer.

Aún de espaldas, sintió que toda la armonía y el bienestar que había estado rodeándolos, caía estrepitosamente para darle paso a la tensión y a la oscuridad. Se giró a ver a James para preguntar qué pasaba, cuando lo vio observar por la ventana y apretar a Harry contra su pecho.

– ¿James…? –susurró, empezando a asustarse–. Como sea una de tus bromas, yo…

– Es él –pronunció el castaño, casi anonadado, como si no entendiera qué estaba viendo.

No quiso mirar por la ventana, la expresión de James se lo decía todo. Él nunca podría bromear con algo así.
Rápidamente, James le tendió a Harry y la miró. La angustia en sus ojos era evidente, sus ojos se habían humedecido ligeramente tras sus anteojos.

– ¡Lily, toma a Harry y vete! –exclamó, viendo que la pelirroja no reaccionaba–. ¡Es él! ¡Vete! ¡Corre! ¡Yo lo detendré!

Lily negó con la cabeza, nublada, tomando a James del brazo. Podían huir juntos…

El comienzo de Tom RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora