Capítulo 42: Predicción...

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Narra Adeline York:


No puedo creerlo. ¡Daisy hizo cositas! ¡Y CON ABRAXAS! Sinceramente, él es un idiota, pero no puedo opinar ni prohibirle relacionarse con él. Primero, porque no soy nadie para andar prohibiendo cosas. Segundo, porque no sé qué es lo que él siente por Daisy (tendré que averiguarlo). Tercero, porque estoy segura que lo que hizo Daisy no fue por nada. Si ella decidió que era momento, bien, es su cuerpo. Yo creo que ella está empezando a enamorarse y eso le da miedo. Ella jamás se ha enamorado. La verdad es que entiendo si se enamora de Abraxas (no, no es que yo vaya a enamorarme de ese cavernícola). Yo también me enamoré de una cruel serpiente.

¿Qué pasa con las serpientes este año?

-Adeline... -me hablaron. Dejé de caminar sin rumbo, estaba en el segundo piso, y me di la vuelta. La profesora de Adivinación estaba allí, mirándome. Me acerqué a ella y sonreí-

-Hola, profesora. -saludé. Estaba pálida- ¿Se siente bien? -pregunté-

-El ganador morirá en seis meses. -dijo. Estaba temblando y mirando a la nada. Un escalofrío me atacó. Su tono de voz era tan extraño y terrorífico que me daban ganas de correr-

-¿Disculpe? -me acerqué un paso más. Ella me agarró rápidamente de los hombros, aún temblando, y me asustó con esa voz-

-¡El ganador del tercer desafío morirá prematuramente en seis meses! -gritó en mi cara. Ahora era yo quien temblaba. Sus ojos estaban desorbitados. De pronto, como si hubiesen aplaudido frente a su cara, reaccionó. Ella me miró y sonrió- Hola, querida. -me soltó- ¿Qué tal?

-Usted... me... -balbuceé. No podía armar una oración-

-¿Te encuentras bien, mi niña? Estás pálida... -dijo con preocupación. Yo me alejé unos pasos y la miré con miedo-

-Usted me dijo algo...

-¿Yo hablé? -preguntó- Pero si acabo de saludarte... -sonrió- Nos vemos, Adeline. -saludó con la mano y se fue-

El ganador del tercer desafío morirá en seis meses. Ella acaba de revelar una visión. ¡Acaba de decirme que alguien morirá! Y lo más probable es que Tom sea quien gane el torneo...

-¿Qué hago? -dije con paranoia y angustia. Mis ojos comenzaban a picar, mi corazón no había dejado de latir con una rapidez exorbitante, mis manos temblaban y mis pies casi no coordinaban. Bajé las escaleras, procurando no caer, y a mitad de camino vi a August. Él estaba muy sonriente con Annabelle Olson. Recordé luego que él también estaba en el torneo y mi angustia creció más. Corrí en dirección a la oficina de Dippet y me frené justo en la puerta-

¿Qué se supone que le diré? "Hola, director. Una persona morirá dentro de seis meses si gana el torneo. Adiós". NO. Además, puede llegar a suspender el torneo y provocar la muerte de todos. ¿Qué hago? ¡¿Qué hago?!

-Hufflepuff. -me sobresalté y me giré a la velocidad de la luz. Allí estaba Tom- ¿Qué tienes? Pareces nerviosa...

-¿Yo? ¿Nerviosa? -me reí falsa y exageradamente- Estás alucinando, amor mío. ¿Qué poción alucinógena consumiste? -seguí riendo- ¿Tú crees que puedes ganar el torneo? -pregunté, cambiando notablemente el tono de voz-

-¿Ganar? -sonrió- Claro que sí.

-Oh, no... -me quejé-

-¿Por qué preguntas?

-Por nada... Te quiero. -lo abracé- No quiero que ganes.

-¿Por qué? -me soltó- ¿Quieres que gane August? -frunció el ceño-

El comienzo de Tom RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora