Narra Adeline York:
-... Y salió una serpiente. -terminé de contarles a mis amigas lo sucedido. Era domingo y estábamos en un "picnic" en el lago-
-¿Una serpiente? -preguntó Daisy haciendo una mueca-
-Yo tampoco entiendo por qué. Siente creí que mi Patronum sería un unicornio. -me llevé el zumo de calabazas a la boca- Luego de todo ese problema, volvimos al aula de pociones y nos separamos.
-Qué romántico. -dijo Melissa. Yo la fulminé con la mirada y ella se refugió al lado de Clifford- Yo creo que ya no deberías hacer esas salidas nocturnas al bosque. Eres una suicida que vive buscando peligro.
-Es que, si no lo hago, me aburriría rápido de mi vida. -apoyé la espalda en el árbol-
-¿Qué te dijo Dippet de Clifford? -preguntó ella-
-Dijo que parece ser su forma natural y que, antes de encontrarlo en ese callejón, otro mago lo transformó. Pedí el permiso necesario que hay que tener para poseer una mascota que no sea un gato, un sapo, una lechuza o una rata. Clifford es menos peligroso que una rata, así que no será ningún problema la convivencia. -expliqué-
-Menos mal... -dijo Daisy- ¿Cómo harás para dormir con él por las noches? Tú siempre lo subes a la cama.
-No lo sé. -vi a Melissa darle comida a Clifford- Mel, ese panecillo no le llena ni el espacio entre los dientes.
-¡Hola, Addy! -me gritaron desde el otro lado del lago. Saludé a una conocida de Ravenclaw con la mano y le lancé un poco de pasto a Daisy en el cabello. Ella le guiñaba el ojo a un chico-
-Oye... -se quejó y se quitó el pasto de la cabeza- Te lanzaré un calvario si interrumpes mi momento de coqueteo. -amenazó. Yo me reí y le saqué la lengua-
-Es ella... -murmuraron unas Slytherin que pasaban caminando por nuestro lado mientras me miraban y se reían. Yo alcé una ceja y se rieron más-
-¿Qué fue eso? -preguntó Melissa-
-No tengo idea. -dije y me levanté-
-¿Qué haces? -dijo Daisy-
-Es evidente que están riéndose de mí. -contesté y caminé hasta las chicas de recién. Ellas me miraron con desdén, de arriba a abajo-
-¿Qué quieres, facilona? -dijo la morena con un tono que desprendía desagrado-
-¿Qué es eso de lo que tanto se ríen? -dije, mirándolas a los ojos. Ellas desviaron la mirada y la morena se cruzó de brazos-
-De lo desesperada que estás. -dijo una rubia un poco más alta que yo-
-¿Disculpa? -dije ofendida- ¿De qué hablan?
-No te hagas la santa, Hufflepuff. -dijo la morena- Malfoy nos contó cómo le ofreciste tus servicios a Riddle.
-¿Servicios? -dije confundida- ¿Pueden decírmelo claro, por favor?
-¡Que quisiste acostarte con Tom y te rechazó! ¡Abraxas nos contó todo! -gritó la rubia. Todos los que estaban caminando por los alrededores lago se detuvieron y nos miraron. Yo me quedé desencajada, sorprendida y molesta. Sin decir palabra alguna, me fui de camino al castillo-
-¿Cómo puede ser tan estreñido mental? -dije para mí misma. El coraje y el odio me recorrían las venas. Estoy segura de que mi mirada no era la más cálidas y tiernas de todas, ya que, cada persona que me veía pasar, me evitaba o me miraba con miedo-