Capítulo 34: Tren

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-Por Merlín... -escuché que murmuraban. Me alarmé y dejé de besar a Abraxas. Lo miré a los ojos por un segundo, sin saber bien si había sido él quien habló. Luego me di cuenta que ninguna palabra había salido de su boca. Abrí los ojos como platos y me paralicé. Él parece haber pensado lo mismo, ya que se alejó como si estuviera hecha de fuego. Yo estaba temblando de miedo. ¡Había besado a Abraxas Malfoy! ¡Me iba a contagiar lo idiota!- Pero qué beso tan... fogoso...

-Adeline... -cerré los ojos y me di vuelta, chocando contra la espalda de Malfoy- Perdón. -abrí los ojos, con miedo de ser asesinada por un Avada, pero lo que vi me desconcertó. Ella estaba ocultando su risa- ¿Esto...? ¿Esto te parece gracioso? -dije, casi ofendida. Ella no aguantó más y soltó una estruendosa carcajada. Una tan fuerte y exagerada que no la dejaba ni respirar. Miré a Abraxas, quien estaba igual o más confundido y cohibido que yo, y me miró- Adiós. -señalé el caminó hacia el castillo con la cabeza y él se fue obedientemente. Me di cuenta de que no traía el saco de su traje, y que yo ya no sentía frío. Me miré y noté que él me lo había puesto cuando nos besamos. Mi cabeza estaba tan atareada y revuelta, que no sabía qué hacer ni qué pensar-

-¡Es lo más gracioso que vi en mi vida! -olvidé que Adeline seguía riendo. Esta vez, en el suelo- ¡Nunca imaginé que esto podría pasar! -apenas era inteligible lo que hablaba. Estaba roja y con los ojos llorosos. Intentaba calmar su risa, pero cada vez se reía más- Díganme que acabo de imaginarlo. -trató de tomar aire, pero parecía un pez fuera del agua- ¡Esto debe ser un sueño!

-Desearía que así fuera...

-¿O sea que te gustaría soñar con que besas a Abraxas? -lo poco que había podido calmarse, lo había perdido luego de esa frase. Yo enrojecí aún más y tuve el pensamiento de lanzarle un Confundo para callarla. Cuando estaba a punto de hacerlo (en serio) logró parar un poco y se limpió una lágrima que se le había escapado. Se levantó e hizo una mueca de dolor mientras se agarraba el estómago-

-Ay, que Merlín me asista... -suspiró. Me miró y se mordió el labio para no volver a reírse. ¿Qué demonios le ve de gracioso? ¡Debería estar enojada!- Desembucha.

-¿Qué?

-¿Desde cuándo andan dándose besitos a escondidas? -dijo con una sonrisa-

-¿No estás enfadada?

-¿Por qué habría de estarlo? -se encogió de hombros-

-Es Abraxas Malfoy, es Slytherin y es la persona que más te insulta en todo Hogwarts. -contesté-

-Tom también es un Slytherin, Daisy. -se cruzó de brazos, incómoda. Le dolía nombrarlo- No soy quién para decirte con quién besarte y con quién no.

-De todos modos... -desvié la mirada- Es la primera vez que nos besamos.

-¿Quién diría que el señorito Abraxas estaría dándose besitos con una Gryffindor traidora de la sangre? -escuché una leve risita- Anda, quita esa cara, no murió nadie.

-Es que... ni yo entiendo lo que acaba de pasar. Estábamos a punto de luchar hasta morir... -la miré a los ojos-

-Cuando Tom me besó estábamos golpeándonos en el suelo. -sonrió- Yo también estaba a punto de lanzarle un Crucio.

-No entiendo nada, Addy. -negué con la cabeza y miré al vacío- Ni siquiera puedo creer lo que acaba de ocurrir... -murmuré cohibida-

-Sería más extraño ver a Abraxas besándome a mí, ¿no te parece? -bromeó- Una sangre sucia inmunda. -imitó la voz y el gesto de Malfoy, haciéndome reír- Lindo saco... -señaló lo que traía encima de los hombros. Volví a sonrojarme y a pensar en lo que había hecho Abraxas- Nadie creería que Abraxas tenía ese lado tierno...

El comienzo de Tom RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora