Capítulo 31: Discusión

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Narra Adeline York:


-Es más fácil cuando me tratas bien, ¿sabías? -dije mientras recogía los ingredientes que no habíamos utilizado y caminaba hacia el armario en donde se guardan-

-De todas formas eres inútil para las pociones. -contestó distraídamente mientras se apoyaba de brazos cruzados en una de las mesas. Terminé de ordenar los ingredientes en su lugar y cerré el armario. Lo miré por unos segundos y suspiré. Aparté mis manos de la puerta y me quedé mirándola. ¿Debo insistir? Él me dejó en claro que no quiere pasar las fiestas conmigo- ¿Qué tienes? -preguntó. Yo lo miré y caminé hasta él-

-¿Vas a responderme ya? -pregunté, preparándome para el "No"-

-¿Sobre lo de pasar las fiestas contigo en tu casa? -preguntó. Yo asentí y vi que se descruzaba de brazos y se ponía algo incómodo- Yo... No es que no quiera pasar las vacaciones de invierno contigo... Es sólo que no quiero pasarlas en el mundo muggle. -contestó. Yo me tragué la desilusión y sonreí levemente para luego desviar la mirada. Ésta era una de las ocasiones en las que odiaba tener una mirada expresiva y delatadora. No podía ocultar mi desánimo-

-Lo entiendo... -dije suavemente. Podía sentir su mirada sobre mí, era incómodo. Apoyé mi cabeza y mis manos en su pecho y suspiré nuevamente. Él me rodeó con sus brazos y habló-

-Lo siento.

-No importa. Presentía que dirías que no. -cerré los ojos y escuché los latidos de su corazón. Desde un principio me parecía un poco inútil invitarlo. Pero tenía una gota de esperanza que acababa de congelarse con el frío de un "No"- En fin... -me separé de él y traté de fingir una sonrisa. Seguía sin mirarlo. No quería que se diera cuenta de que me afectaba más de lo pensado- Nos vemos mañana... -me di vuelta y caminé rumbo a la salida del aula-

-Adiós, Adeline... -murmuró. No era la única incómoda allí. Pero de seguro era la única que se sentía de mal ánimo. Hasta podría decir que me sentía triste-

Salí de allí y tomé aire. Me puse a caminar por el pasillo y traté de pensar en otra cosa que no fuera en el rechazo de Tom. Se sentía amargo y desahuciador ser rechazada por tu propio novio secreto. Pero no debería sorprenderme. Es un Slytherin, es Tom Riddle, es indiferente a todos y a todo. Ni siquiera sé por qué soy su novia. No entiendo cómo fue que logramos llegar hasta este punto. Es extraño todo esto que está pasando. Todo era mejor (y menos desilusionador) antes de que él me gustara. En este momento podría estar con August o con Dean. ¿Quién sabe? Hasta podría estar con el inútil de Abraxas y no me molestaría tanto.

-¡Cuidado! -sentí que me agarraban de atrás y frené justo antes de caer por el espacio en donde debería estar la escalera. Me sorprendí y di un par de pasos para atrás. Miré a mi costado y vi a Slughorn mirándome con preocupación- ¿Estás bien, Adeline?

-Sí, profesor. Sólo iba distraída. -sonreí levemente y esperé que la escalera regresara-

-¿Qué tal tus clases con Tom? -preguntó-

-Van bien. Voy mejorando algo... -contesté-

-¿Dónde está él ahora?

-Aquí... -dijo Tom a nuestras espaldas. Me puse algo incómoda y volví a desviar la mirada. ¿Qué me pasa? ¿Por qué no puedo sostenerle la mirada ahora?- Hola, profesor.

-Hola, Tom. -dijo el profesor con una gran sonrisa- Veo que ya terminaron con la tutoría de hoy...

-Sí, me quedé a ordenar un par de cosas... -respondió Tom con cordialidad. La escalera se movió y pude comenzar a bajar. Sentí sus pasos detrás de mí-

El comienzo de Tom RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora