Narra Adeline York:
-No me obliguen a ir... -les rogué a las chicas-
-En algún momento tendrás que enfrentarlo, Adeline. Ahora es cuando. -dijo Daisy- Yo tuve que ver a Abraxas.
-Por favor. -junté mis manos, como si estuviera rezando-
-Adeline... Me veré obligada a llevarte usando magia. -advirtió Melissa- No puedes pasar un día completo sin comer.
-Y no pienso traerte la cena aquí. -agregó mi pelirroja amiga--Es vergonzoso... -me tapé el rostro con las manos-
-Andando. -Melissa me agarró de un brazo y Daisy del otro-
-¡No! -me negué y traté de retroceder-
-Pasé por la misma situación, Adeline. No sirve de nada que te escondas. -dijo Daisy mientras yo trataba de agarrarme de las paredes del pasillo. Estábamos en una parte el pasillo y ellas me estaban obligando a ir a cenar, ya que no había ni desayunado-
-Yo no pasé por esa situación, pero también sé que no sirve de nada. -Mel habló con la voz algo ahogada por mi espalda. Yo intentaba por todos los medios huir de mis dos "amigas"-
-Las detesto. Las asesinaré lentamente si no me sueltan en este instante. -advertí. Ellas sólo rieron, sabiendo que no soy capaz de hacerles daño-
-No me mates a mí. Ustedes son las impuras... -bromeó Mel-
-¡No me lo recuerdes! -enrojecí al instante. En la mañana les había contado todo lo que había sucedido entre Tom y yo. Sí, TODO-
-Además, hay muchas personas que quieren felicitarte. -Daisy casi cae al tironear de mi brazo-
-¡¿Se enteraron?! -chillé-
-Por su cumpleaños, tarada. -me reprendió Melissa. Yo me tranquilice- ¡Hasta te darán regalos! -dijo feliz- Tom ya te lo dio, ¿verdad? -se rió macabramente-
-¡Maldita! -le grité. Las dos se rieron con fuerza al ver mi cara roja-
-Lion te dará tu regalo cuando tengas cuarenta años. -le advirtió Daisy a Melissa- O juro que los asesinaré a los dos.
-Basta de hablar de esto como si fuera un regalo. -murmuré avergonzada-
-Tienes razón. No fue un regalo, fue una noche de...
-¡Cállate, Melissa! -me escandalicé- Ay, no... -visualicé la puerta del Gran Comedor- Por favor, apiádense de mí y déjenme huir.
-No. -dijeron las dos al mismo tiempo. Llegamos a la puerta y yo dejé de forcejear, recobrando mi compostura-
-Primero las ataré en un árbol... -empecé a decir- Luego, practicaré tiro al blanco con cuchillos... Aunque, las flechas son divertidas. -caminé bajo la mirada de algunas personas. Ni siquiera quería mirar a la mesa de Slytherin- Después, llamaré a un dementor y haré que les succione todos sus recuerdos felices. -las chicas me guiaron hasta la mesa de Gryffindor, en donde me recibieron con una gran sonrisa- Y, antes de que ellos terminen su trabajo, llevaré a sus respectivos novios, familiares y mascotas, y los asesinaré frente a ustedes. -me senté en el medio de las dos- Cuando haya terminado de matarlos lentamente a todos, acabaré con ustedes. -terminé-
-Sí, claro. -rió Melissa-
-¡Feliz cumpleaños, Adeline! -dijo Weasley con la boca llena- ¿Por qué no te vimos en todo el día?