"11"

225K 14.7K 17.5K
                                    

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
"I sing the national anthem
While I'm standing
Over your body,
Hold you like a python"
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂



     —Este sitio es inmenso, Hera, ¿cuántas personas entra aquí?

Stella regresa a su puesto en medio de Lourdes y Paula. Guarda su celular en el cluth que su amiga sostiene por ella, desde que llegó hace apenas unos pocos minutos, se la ha pasado captando en fotos y vídeos las dimensiones del sitio.

A pesar de encontrarnos dentro de los límites de un club nocturno, el que Hera nos haya conseguido un sitio en la zona VIP, bastante alejado de la zona donde la celebración comienza a dar sus primeros vestigios, nos facilita la comunicación, evitando que nos tengamos que gritar a la cara con alto riesgo de escupirnos.

Como me gustaría que Hunter estuviese aquí y no con Tom, cualquier panorama recupera el brillo perdido con el tronar de su risa, sobre todo esta noche, que no hallo manera de centrarme en la conversación de las chicas, el piso, la iluminación, la gente colmando la planta baja... lo que sea que me distraiga de contemplar nada más que las pestañas curvas y gruesas del chico a mi lado, su rodilla en contacto con la mía, gesto descuidado que me puso a rugir la sangre detrás de las orejas.

—Trescientas y poco más marca el aforo, si la policía no interviene, podemos llevarlo a cuatrocientas.

Cuatrocientas personas dentro de un local con alcohol y música revienta tímpanos. Qué buena idea para pasar la noche...

—Si vendemos trescientas entradas por quince dólares cada una, serían...—Stella voltea a ver a Lourdes—. ¿Pondrías la calculadora en tu celular?

—Cuatro mil quinientos dólares.

Contesta Eros lacónico, su cuerpo ocupando el asiento en una postura que destila aburrimiento.

A Stella le destella la mirada con aires coquetos, guarda un mechón de cabello detrás de la oreja, ensanchando sus labios.

—Que ágil—dice risueña—. No me sorprende.

Eros pasa de ella, regresa a seguir la partida de tic tac toe con Lulú, en el cuaderno asignado para la organización del magno evento y del que solo sé que posiblemente será en pocos días... y el local continúa en 'veremos'.

—Cuatro mil quinientos, eso es muchísimo dinero y nada más con las entradas—dice Paula. Viste un vestido negro ajustado a su figura como una segunda piel, y un intenso maquillaje en tonos oscuros que le dan un aire sensual y misterioso. Se ve magnífica—. Si elegimos un lugar moderado para el baile, podemos irnos de viaje un fin de semana a Miami.

Lourdes asiente frenéticamente. Parece que le ha atacado una descarga de energía.

—¡No había pensado en eso!

El rostro de Paula se enaltece al mostrar su característica sonrisa ladina.

—¿Ya ven cómo si soy de utilidad?

Irina deja salir un resoplido de fastidio. Christine y ella han estado muy calladas, demasiado, incluso resulta sospechoso. Me sorprende que no se han devorado las ideas de las demás.

—Estamos aquí para evitar que nuestro baile sea en cualquier sitio mugriento—espeta Irina con desdén—. Queremos lo mejor...

—Y lo mejor es un viaje a Miami—le interrumpe Paula, sin ápice de querer perder la discusión.

Ugh, no. Luego se hablaremos sobre eso, este evento es únicamente para el baile—Christine respalda a su amiga, volteando a ver a Stella—. Pasemos a lo que realmente importa. Stella, ¿habías dicho que tu sección se encargará de la decoración?

The German Way #1 ✓ YA EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora