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          Newton defiende tres principios, funcionales para describir el movimiento de los cuerpos, conocidos como ley de inercia, ley fundamental de la dinámica y ley de acción y reacción. Mendel también tiene sostiene tres principios. De la uniformidad, segregación y principio de transmisión independiente...

Roma fue fundada el año setecientos cincuenta y tres antes de Cristo, el veintiuno de abril por los hermanos Rómulo y Remo...

Alemania solicitó un armisticio el once de noviembre del año mil novecientos dieciocho, acabando la primera guerra mundial, Japón se rinde el catorce de agosto del mil novecientos cuarenta y cindo, dando por terminada la segunda...

—Sol...

La historia universal se divide en cinco periodos. Prehistoria, edad antigua, edad media, edad moderna y edad contemporánea. ¿De qué año a qué año va cada uno? Lo sabrá Jesucristo redentor. De lo que si estoy segura, es que la guerra fría inicio poco después de finalizar la segunda guerra mundial y concluyó con la disolución de la unión soviética y la caída del muro de Berlín en mil novecientos noventa y uno tras, entre otras razones de peso, la crisis económica derivaba de la adquisión de armamento.

Armamento de ya sabemos quién.

Es que ni en mis repasos se digna a dejarme en paz.

—¡Sol!

—¡¿Qué, mierda?!

Paula me perfora la cara con esa mirada ponzoñosa que me ponen los vellos de punta. Me tiende una copa de líquido azul que sobrepasa el tamaño de su cabeza y aunque se mire delicioso y este sedienta de alcohol, sacudo la cabeza de lado a lado. Estoy en la recta final para presentar la prueba, como llegue borracha a casa, Martín me encadenaría a la pata de la cama y daría de comer cabezas de pescado.

—Un trago, uno solo chiquito—insiste, pero vuelvo a negarme.

Un sorbo es lo que mi cuerpo necesita para soltar las cadenas de la cordura y empinarme hasta el agua del jarrón.

—Después del dieciséis—reitero.

Bufa y desiste, pasándole la pecera a Lulú, sentada junto a mí.

Barro el sitio con la mirada. Frankie, el gran cumpleañero, nos invitó a este especie de bar, karaoke y restaurante al estilo texano. La música te hace querer mover las caderas incluso si no tienes idea de cómo bailar, el ambiente festivo se extiende por cada mesa y en la cúspide de todo lo bueno, hay barra y menú libre y no piden identificaciones.

He comido tanto que he tenido que desabrocharme el pantalón, no podía respirar.

—¡Dios! Qué aburrida eres—refunfuña Irina, revolviendo el trago que comparte con Christine—. Olvídate de todo por una noche, no te vas a morir por eso.

¿Alguien la nombró? ¿No? ¿Y por qué carajos opina?

—No me da la gana.

Encoge los hombros, levantando una esquina de la boca. Hace hora y media que llegamos, Frankie se la ha pasado hablando de aquí para allá con el resto de sus invitados. Esta mesa que nos asignaron destaca del resto, ocupadas por gente que ronda la edad de mis papás, pero que comparten la animosidad del cumpleañero.

Y por lo que veo, una que otra muchacha próxima a mi edad sentada en las piernas de un caballero que dobla la de ella.

No es el ambiente que acostumbro, sin embargo no me desagrade por completo. Cuando veníamos en camino pensé que me animaría a bailar, al llegar aquí esas ganas nunca aparecieron. La noche se ha desenvuelto tranquila, dentro del contexto. Ni siquiera Irina y Christine han sacado las garras, entre ellas, Paula, Lourdes—que se ha ido a bailar con un señor—, Lulú, Hera y yo, nos la hemos pasado bastante bien, hablando sobre los últimos chismes que me he perdido por tener la nariz entre libros y la mente sin espacio para nada más que fórmulas matemáticas y números griegos.

The German Way #1 ✓ YA EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora