"12"

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"wanna play you like a Gameboy
(Don't want one)
What's the thrill of the same toy?"
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—Hunter ya está enfadado por la amistad de Lulú y Eros, va a perder la cabeza cuando sepa que quiere robarse a Sol a su lado también.

Hera cerciora que Eros y Jamie no nos sigan, cierra de un portazo y enciende la música. Walls de Louis Tomlinson ameniza agradablemente el contexto tan desatinado en el que todavía sigo arropada bajo la seguridad del pesado saco de Eros, impregnado de su aroma.

De espaldas a las chicas untada de vergüenza, lo arrojo a la silla del vanity y tan rápido como el temblor en mis manos me lo permite, regreso la camisa a mi cuerpo.

—No le vamos a decir lo que acaba de pasar—imploro, girando sobre mis talones para enfrentarlas.

Lulú agita la cabeza, nada de acuerdo con mi pedido

—Sí, claro que lo haremos. Nos odiará si no lo hacemos ahora porque es bastante obvio que se enterará después.

Hera rueda sobre la cama, abriendo una espacio en medio de ambas para mí. Me lanzo entre las sábanas de seda rosa, hundiendo la cabeza entre cojines de peluche destilando una pacífico esencia a lavanda.

—Quiero que sepan que no pienso hablar de esto. Estoy muy avergonzada para hacerlo—gimoteo, tapándome la cabeza con una almohada—. Despiértenme en tres horas para irme a trabajar.

Me llega un fuerte azote en el trasero que me exprime un gruñido de dolor. No sé quién ha sido, tampoco planeo averiguarlo. Oiga risitas que tratan de ocultar con tos, solo deseo convertirme en hilo y volverme parte de las cobijas.

—Sol, no seas así, habla con nosotras—clama Lulú.

Un zarandeo me mueve de lado a lado. No se rendirán hasta que me hagan hablar, pero es lo que menos quiero en este momento. Como me gustaría tener el poder de teletransportarme a mi habitación para reprenderme, a solas, por mi actitud impulsiva y estúpida.

Si hubiese esperado un poco más, solo un poco más...

—No quiero.

La risa estruendosa de Hera remueve la cama. Es verdad lo que decía mamá, la calentura te hace hacer cosas de las que luego podrías arrepentirte. Como un bebé, por ejemplo, en mi caso, convertirme en la payasa del grupo y lo peor del asunto, es que no obtuve información respecto a su paso por la cárcel, ni la liberación de la tensión sexual cada día más pesada pululando entre nosotros.

En resumidas cuentas, me exhibí al escarnio gratuitamente.

—No estoy enfadada, asqueada sí, no me gusta conseguirme a mi hermano haciendo ese tipo de cosas, te lo dije el día que se escaparon de clases—vuelve a reír, un sonido melifluo tan natural y hermoso como ella.

—No hacíamos nada—digo a la defensiva, con la voz distorsionada por tener la boca presionada contra el colchón.

—Porque llegamos—repone Lulú con cierta obviedad, empujando mi vergüenza a un nivel de ferocidad inaguantable.

Porque tiene razón.

A mi lado, Hera golpetea mi costado sin causarme daño, tal como me despertaba Isis en las mañanas. Una punzada de añoranza me atraviesa el corazón, y el nada grato pensamiento de cuándo podre volver a ver a mamá me abandona en un limbo de emociones frustrantes.

—Siéntate, les voy a contar un pequeño relato que ahora cobra un poco de sentido para mí—pide Hera. Me causa curiosidad si ese relato tendrá alguna conexión con la reciente información sobre Eros y su paso por la cárcel. Salgo de mi escondite, sentándome con las piernas cruzadas de bajo de mí—. Este verano que fui de visita a Múnich, lleve conmigo esas polaroids que tome en la pijamada que hicimos antes de partir, ¿la recuerdan? Usamos sombreros de vaquero y nos emborrachamos tanto que despertamos en el baño. Se las mostré a Eros, ya sabíamos que vendría a Nueva York conmigo, así que los 'presente' por medio de las fotos—su mirada se engarza en la puerta—. Probablemente esto no lo comprendan, pero tenía mucho sin ver una sonrisa genuina en él y fue cuándo miró esa foto tuya, Sol, con el sombrero rosa que lo hizo. Me sentí celosa, ni siquiera sonrió así cuándo me vio—frunce el ceño, distraída, soltando una tenue risa—, me dijo, 'esta me gusta', le respondí 'en tus sueños' y me contesto 'esta noche, espero'

The German Way #1 ✓ YA EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora