Capítulo 12

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~Sarah~


Mis piernas se balancean en el costado de la cama, y las puntas de mis pies apenas rozan el suelo. Hemos apagado la placa lumínica completamente, y la oscuridad es tan profunda que ni siquiera puedo ver el cuerpo de Stephanie en la cama de al lado. Las respiraciones del insomnio son notorias; muy diferentes a las del sueño. Rodeo los eslabones de mi collar con la mano, y la temperatura gélida del metal provoca que un escalofrío recorra mi espalda.

—Sarah... —dice Stephanie. No puedo creer que haya iniciado una conversación; que ella quiere hablar conmigo—. ¿Cuánto tiempo crees que estaremos aquí?

Su voz suena más tranquila que lo normal; tal vez está dejando caer su armadura.

—No lo sé —respondo con sinceridad, intentando suavizar el tono de mi voz lo más posible. No quiero esperanzarla, y tampoco quiero ilusionarme.

Exhala lentamente, y a través de la negrura, puedo ver la silueta de su figura sentándose en el borde de la cama, frente a mí.

—¿Por qué crees que nos hicieron esto? ¿Por qué nosotros? —El volumen de su voz disminuye hasta convertirse en un susurro. «Tal vez confía en ti» me digo. Por primera vez quiere hablar conmigo.

—Quizás somos diferentes de alguna manera. Tal vez hay algo especial en nosotros. Ellos nos eligieron, y no creo que haya sido al azar.

El sonido de sus dientes mordiendo sus uñas es lo único que se oye. Nunca fui una persona que disfrute del silencio; necesito comunicarme con gente, hablar. Saber que no estoy sola.

—Steph... —Pienso mis palabras antes de emitir—. ¿Dijiste que tenías una familia? ¿Hermanos?

Respira profundamente, y se retuerce en el sitio.

—Sí —responde, y aguarda unos segundos antes de proseguir—. Trillizos. Ellos le daban sentido a mi vida.

«Daban» esa palabra se repite en mi mente. Es sorprendente como, tan sólo habiendo estado separados unos meses, podemos aceptar que nunca volveremos a ver a esa persona. Pero no es así.

—No hables en pasado. Nuestra vida no ha terminado; haremos todo lo posible para volver a casa, entrenaremos nuestros poderes día y noche si es necesario. —Le aseguro.

—Los pequeños mocosos no tienen a nadie —Su voz tiene un semblante triste—. Me necesitan, y yo a ellos. No sé quién los estará cuidando en este momento.

«¿Y sus padres?».

—Pero tus pad... —comienzo.

—Ehh, claro s-sí —me interrumpe—. Ahora vuelvo —exclama, y sale corriendo de la habitación, azotando la puerta contra el marco. Las paredes vibran por el impacto. «¿Qué sucedió? ¿Tal vez no tendría que haber mencionado a sus hermanos?».

He arruinado la única oportunidad que tuve con Stephanie. Ella intentó comunicarse conmigo, y yo tuve que hablar de su familia; el tema más delicado. El objetivo de todos es volver a nuestro hogar, salir de aquí con vida, y poder reencontrarnos con nuestros seres queridos. Pero todo eso conllevará un esfuerzo enorme; algo que de seguro no seremos capaces de hacer, porque somos cinco jóvenes contra un Imperio. Lo único que tenemos a nuestro favor son los poderes, y yo ni siquiera sé cuál es el mío, o si sirve para atacar.

Decenas de maneras en las que podríamos entrenar dan vueltas en mi cabeza. Para triunfar, debemos aprovecharnos de lo que nos dieron. Las habilidades que recibimos no pueden haber sido accidentales; nos alteraron con un propósito, pero lo utilizaremos en su contra. Me aseguraré de ello.

Una Prisión Infinita (Eslabones de Sangre #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora