Una Prisión Infinita (Eslabones de Sangre #1)

Capítulo 49

~Stephanie~

El destello de las placas lumínicas abarca la totalidad del laboratorio. La inmensidad del sitio me recuerda a un estadio de fútbol. Las paredes blancas, cubiertas de paneles y visores holográficos, sirven de sostén para miles de estantes.

Me quito la máscara, aparto los mechones de cabello rizado de mi rostro, y escudriño el lugar que me rodea.

"¿Qué está buscando?" —Una voz robótica me sobresalta.

—¡Suero Conectivo! —vocifero, y las palabras que escapan de mis labios reverberan en las paredes del vasto sitio.

De pronto, el suelo comienza a moverse, y me traslada hacia una de las estanterías. Decenas de frascos repletos de un líquido fucsia burbujeante reposan sobre el metal, de los cuales, emergen tubos plásticos, que se conectan a un bidón.

Extiendo mi mano y palpo la superficie de uno de los recipientes con la yema de mis dedos. El contenedor de cristal comienza a vibrar, y la repisa que lo sostiene se desliza hacia adelante, revelando miles de ampollas idénticas.

Un texto se proyecta en el aire.

Suero Conectivo: último modelo.

Función: Conectar soldados tipo clon a la central.

Alimentando 125.873 soldados tipo clon.

31.500 clones en proceso.

Suero en activación.

Control de clones: positivo.

Fallas: cero

No comprendo ni una de las palabras que he leído. Aparto mi mano del cristal, y el estante retorna a su posición original.

Los cerámicos bajo mis pies vuelven a deslizarse hacia adelante, y me trasladan hacia el centro de la habitación. Allí, una enorme máquina abarca una gran sección del sitio, y fijo mi atención en ella.

El motor que alimenta el mecanismo ruge suavemente. De su superficie metálica, surgen seis tubos transparentes, por los cuales se traslada un vapor azul hasta llegar a un cubo de vidrio. En el interior del prisma, la nube de gas se transforma en una sustancia líquida. El componente condensado viaja por diferentes conductos de plástico, hasta arribar a un compartimiento que conforma el interior de decenas de garras metálicas, que convierten el líquido en un láser. Los múltiples lazos lumínicos se entrelazan, actuando de protección para un cilindro de cristal tan enorme, que su extremo alcanza el techo del complejo. Su interior está compuesto por decenas de cajones transparentes que contienen miles de artefactos metálicos.

Intento distinguir alguno de ellos, e inmediatamente mi mirada se fija sobre un aro de metal. La cara interior del objeto se encuentra revestida por un conjunto de dientes cristalinos, tan filosos que sus vértices amenazan con perforar todo en su camino. Es el arma con la que mataron a Nicholas. La angustia provocada por esas palabras que tanto me atormentan, provoca que mi cabello se incendie, liberando un olor a quemado que se infiltra en mis fosas nasales.

Deslizo mi mano por encima del cilindro, sin llegar a tocar su escudo protector, y una única línea se proyecta.

⚠️INFORMACIÓN CONFIDENCIAL⚠️

Estoy harta de que el Imperio se aproveche de nosotros. Mientras corríamos como monos en el bosque, ellos se resguardaban bajo tierra desarrollando el arma con la que mataron a uno de los nuestros. No aguanto ser la débil a la que le dispararon. Necesito vengarme. Y comenzaré destruyendo sus herramientas.

Extiendo mi brazo hacia adelante, pero en el momento en que mis dedos se ponen en contacto con el láser que protege los cajones, oigo un estallido e instantáneamente mis pies se separan del suelo, y el impulso del electrochoque hace que mi cuerpo vuele por los aires. Atravieso la sala, dejando atrás decenas de artefactos, mientras agito los brazos en busca de algo con lo que pueda sostenerme, sin éxito. El escozor de mi mano se convierte en un dolor insoportable, y un gemido escapa de mi garganta. Finalmente, mi viaje por el laboratorio se termina, cuando mi cuerpo se estampa contra una repisa, provocando que tubos de ensayo caigan al suelo, astillándose en decenas de esquirlas. Una punzada recorre mi espina dorsal, y caigo al suelo. Algunos de los fragmentos de cristal perforan mi piel, y muerdo mi labio inferior para reprimir un gemido.