Capítulo 4

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~Stephanie~


El sonido chirriante de las bisagras de la puerta, es idéntico a una alarma. Una advertencia; no puedo escapar de ella. El rechinamiento del metal aflora todos esos recuerdos que nunca podré olvidar. Las pisadas del guardia son sus pisadas. Tendría que haberme defendido, pero no lo hice; no volverá a suceder.

La ansiedad me carcome como una bestia que se alimenta de mi interior. Los ojos que se esconden detrás de la máscara son dos perlas negras; carentes de sentimiento. Me recuerdan a él.

El hecho de estar vestida tan sólo con una remera holgada y sucia, incrementa aún más la inseguridad que me acompaña en todo momento. Reprimo mi deseo de esconderme debajo de la cama; ya lo he intentado, y ha sido aún peor.

—Quítate el camisón —La voz del guardia me da arcadas.

Esta situación no puede repetirse. No otra vez; no puedo permitirlo. No puedo. No. No tengo la fuerza suficiente. No puedo impedirlo; debo impedirlo. Las palpitaciones de mi corazón retumban contra mi pecho con ferocidad, como si quisieran escapar de él.

Con cada paso que da el soldado, mis respiraciones se agitan. Me aferro a la delgada sábana que cubre mi cama, y tapo mi cuerpo. La parálisis atraviesa mi organismo, hasta que me convierto en una estatua, y los recuerdos invaden mi mente.

—¿Qué pasa preciosa? —dice, con una voz muy parecida a la suya—. ¿Me tienes miedo? ¿No te gusto?

Debo defenderme.

Aparta la sábana de un tirón. El áspero tacto de sus manos se desliza por mi cintura, y un nudo obstruye mi garganta, hasta que no puedo respirar. Toma la parte baja del camisón, y amaga a subirlo.

Los años de impotencia han sido mi entrenamiento. Mis reflejos se han agudizado tanto, que en el momento en que el primer centímetro de piel queda al descubierto, atizo un rodillazo en su entrepierna. Un gruñido escapa de su garganta, en un intento de disimular el dolor.

—Zorra —murmura—. ¿En serio pensaste que con ese golpe de nenita ibas a frenar algo?

Su brazo sale disparado hacia mí con una rapidez impresionante. Antes de que pueda procesar lo que está sucediendo, me encuentro echada en el suelo. Sus dedos se aferran a mis mechones de cabello, y comienza a jalar de él, arrastrándome por la celda. Punzadas de dolor recorren mi cuero cabelludo, y muerdo mi labio inferior para reprimir los alaridos.

—¡Imbécil! —grito, mientras intento pegarle una patada, para librarme.

Sus manos, cubiertas de llagas, me sueltan. El guardia profiere un grito, y un olor a quemado se infiltra en mis fosas nasales. No entiendo lo qué ha sucedido, pero no me detengo ni un momento a pensarlo.

Gateo hacia la salida, intentando escabullirme, pero él es más rápido. Siempre me vencerán; siempre me alcanzarán; nunca lograré escapar. Sus dedos rodean mis tobillos, y soy arrastrada fuera de la celda, mientras araño el suelo con las uñas para sostenerme.

El repugnante soldado me toma por debajo de las axilas, y me aprisiona contra la pared del pasillo blanco.

—Ahora tranquilita, o sino esta noche no vas a tener tanta suerte como ahora.

Conteniendo el impulso de escupirle en la cara, dejo que me conduzca a la sala médica.

Avanzamos por el interminable laberinto que componen los pasillos, reocorriendo un camino idéntico al de todos los días. Pero algo es distinto; una de las puertas se encuentra abierta de par en par. El hueco entre la placa metálica y el marco deja ver una celda exactamente igual a la mía. Se encuentra desierta, a excepción de una rata que se retuerce dentro de las sábanas de la cama.

El soldado ejerce presión sobre la parte baja de mi espalda, y me fuerza a seguir adelante, como si nada hubiera sucedido.

Una vez más, otra peculiaridad turba el ambiente. Unos alaridos perturbadores, se oyen en el interior de una celda, y su intensidad es tal que reverberan en las paredes del pasillo. Giro mi cuello en su dirección, pero el sonido se esfuma de una manera tan veloz, que no estoy segura de que haya sido real. Creo que me estoy volviendo loca.

Nota de los autores:  ¿Qué les pareció el capítulo? ¡Comenten así sabemos! 🥰 Ya nos estamos acercando a presentar al último protagonista...

Una Prisión Infinita (Eslabones de Sangre #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora