Capítulo 25

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Capítulo 25

~Nicholas~

El nerviosismo me consume. Son las seis de la tarde y, aunque he dormido más de doce horas, sigo estando cansado. Hemos estado diseñando el plan por tanto tiempo que estoy harto. Ya he acabado con un sándwich, tres filetes de carne y una caja de cereales.

—Entonces, ¿estás preparado Nick? —me pregunta Sarah. Su espalda se tensa y muerde su labio inferior.

—S-sí, supongo —digo mientras me chupo los dedos.

—Deberás actuar muerto, ¿cómo haremos eso? —interviene Phil—. No te veo capaz de mantenerte inmóvil por mucho tiempo, que digamos.

—¿Dónde estabas? Lo repasamos mil veces —responde Steph—. Cubriremos a Nick con algunas sábanas, y él intentará respirar lo menos posible.

—Enfoquémonos en el intentará. Nuevamente, no prometo nada.

—No te preocupes —me asegura Alex—. Si fallas, le diremos a los guardias que actuaste muerto y que es todo tu culpa.

Sonríe juguetonamente.

—¿Comenzamos? —La frialdad de la voz de Sarah me toma por sorpresa—. No hay tiempo que perder.

—Iré a buscar las sábanas —sugiere Alex.

—Yo las ollas —Phil se pone de pie—. Prepárense para gritar.

Sarah juega con su collar mientras mira a su alrededor. El sudor humedece mis manos cuando me percato de todo lo que debo hacer; del riesgo que afrontaré. Literalmente todo este plan depende de mí. No puedo cagarla.

—Tranquilo Nick —me reconforta Steph—. Todo irá bien.

—Mientras sigas el plan, no habrá problemas —agrega Sarah secamente.

«¿Qué bicho le ha picado?» pienso.

—Ayuda —grita Phil desde la cocina—. Esto es demasiado pesado.

Steph se pone de pie y corre hacia el joven. Al cabo de unos segundos, cada uno vuelve con una pila de ollas en sus manos.

—Hora de morir —digo tenebrosamente.

—Recuéstate allí —Sarah me indica un punto en el suelo.

Sigo sus órdenes y me acomodo frente al sillón. El helado tacto del suelo de madera provoca que un escalofrío recorra mi espalda. Mis extremidades comienzan a temblar, y justo en el momento en que quiero arrepentirme, Alex posa unas sábanas sobre mi cuerpo, y mi vista se bloquea.

—¿Es un mal momento para decir que soy claustrofóbico?

—Shhh —sisea Phil—. Guárdate las palabras para cuando vuelvas y tengas que describirnos el exterior.

—¿Sabes que nunca entendí ese dicho? No tiene sentido, las palabras no son un número limitado, entonces... —Un dedo se coloca sobre mis labios, y mis palabras cesan al instante.

—Vamos a comenzar —me dice Alex—. Cierra el pico y presta atencieon

—S-sí —respondo. Cierro los ojos y relajo los músculos. Cuento los segundos. «Uno. Dos. Tres. Cuatro. Cinco. Seis. Sie... ». Un grito interrumpe mis pensamientos; Stephanie. Luego, el sonido de metal contra metal. No hay señal de los guardias.

—¡¡Ayuda, ha muerto alguien!! —La voz de Sarah se impone sobre el resto.

El rechinamiento de la puerta se oye, y los gritos cesan. Unos pasos pesados se acercan hacia mí.

Una Prisión Infinita (Eslabones de Sangre #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora