Capítulo 26

31 7 11
                                    

~Alexander~

Los nervios y la impaciencia se incrementan con el paso de los segundos, y aunque Nick se fue hace tan sólo diecinueve minutos, se siente como si hubieran pasado horas.

—¿No es extraño que no haya vuelto? —pregunto finalmente.

—Dale tiempo —susurra Phil.

—Silencio —ordena Sarah—. Quiero oír lo que está sucediendo en el exterior.

Nuestras palabras cesan, y acaricio el anillo negro que rodea mi dedo medio, mientras agudizo los oídos.

—¿Qué estará sucediendo? —pregunta Steph.

—Shh —sisea Honey, irritada.

La joven de cabello dorado se aproxima a la entrada con lentitud, y coloca su oreja sobre la superficie metálica. El bullicio del exterior se hace aún más fuerte, y las pisadas de los soldados retumban del otro lado de la puerta. De pronto, la placa se abre de par en par, y el impulso provoca que Sarah sea arrojada hacia el otro lado de la habitación.

Corro hacia el sitio en el que ha caído, y me arrodillo a su lado.

"Mierda, ¿Te encuentras bien, Hon?"digo en su mente. Asiente levemente, pero su rostro se tuerce en una mueca de dolor.

"Voy a matar a los soldados" le comunico telepáticamente.

—Tranquilo. Estoy bien, ayúdame a levantarme —murmura.

Coloco mis manos en sus brazos y la impulso hacia arriba. Su cuerpo choca contra el mío; estamos tan cerca, que puedo distinguir las pintitas doradas que resaltan en sus iris.

Un sonido estrepitoso interrumpe el cruce de nuestras miradas y me volteo para observar lo que está sucediendo. Siete soldados, vestidos de pies a cabeza con el mismo uniforme verde de siempre, se encuentran parados en medio de la sala. En sus fornidos brazos sostienen rifles, los cuales apuntan directo a nuestras cabezas.

—¡Arrodíllense! —grita uno de ellos con tono amenazador—. ¡¿Se piensan que pueden burlarnos tan fácilmente?!

Phil levanta el mentón.

—¿Qué ha sucedido? —pregunta con tranquilidad.

—Arrodíllense —repite otro guardia. Su dedo índice presiona el gatillo, y una bala sale disparada a toda velocidad. El proyectil impacta contra el techo, y un trozo de yeso se desprende de este.

El reverberante sonido del disparo nos obliga a apoyar las rodillas sobre el suelo.

—¿Qué más quieren? —solloza Stephanie—. Ha muerto uno de nosotros, déjennos en paz.

—No pueden engañarnos —interrumpe otro soldado—. ¿Dónde mierda está Cooper?

—¿Están bromeando? —grita Sarah—. Nick ha muerto. Muerto.

—No sabía que los muertos caminaban. El cadáver de Nicholas Cooper ha desaparecido. ¿Dónde carajo está?

—N-no sabemos. Nick m-murió aquí dentro. Estamos seguros, su corazón no latía. —Intento fingir tristezas.

—Váyanse de aquí. No pueden lastimarnos. Es obvio —Steph los desafía nuevamente.

—Eres una pequeña zorra ¿no crees? Te mereces todo lo que tu padre te hizo, y mucho más. No sé de dónde sacaste que no te podemos lastimar.

Humo negro se desprende del cabello de Stephanie, y la piel de sus manos parece resplandecer. Si los ataca, estamos perdidos. Se cagará el plan.

—No quieres que a tus hermanos les pase lo que le sucedió a Anthony, ¿cierto? —continúa provocándola el recluta.

Una Prisión Infinita (Eslabones de Sangre #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora