La Trampa del Amor

CAPITULO 1

Desde que sus padres habían muerto, la vida de Giancarlo había dado un giro de 360 grados, ahora su hermano mayor Luciano era el responsable de los mellizos Giancarlo y Arianna, ambos de trece años. Arianna era la típica princesa de papá, consentida por todos los miembros de la familia, caprichosa pero muy inteligente, mientras Giancarlo era más centrado, siempre mostrándose autosuficiente, buscando hacer sentir orgullosos a sus padres y ahora a su hermano mayor. Doce años después, ahora con una carrera en Arquitectura como su padre y hermano además de Gestión hotelera, había regresado a Italia junto a su melliza, ambos convertidos en profesionistas y con excelentes notas.

-¿Luciano estas seguro de querer dejar en mis manos la empresa de nuestros padres? Yo apenas termine mis estudios y aunque conozco el negocio creo...

-Nada de inseguridades, estas más que capacitado y no lo digo por tus notas o por que seas mi hermano, te conozco, siempre buscas estar a la altura de los retos que se te presentan, podrás con esto.

-Gracias hermano, prometo que no te defraudare, cuidare muy bien de nuestra herencia.

-Se que lo harás bien, pero grábate algo, no quiero que estés pensando en agradarme o no defraudarme, esto – señalo a su alrededor – es tuyo.

Se dieron un abrazo para después continuar hablando sobre algunos aspectos de la empresa, Giancarlo estaba completamente empapado de todo su manejo, su hermano Luciano se sentía muy orgulloso de él.

Arianna su melliza era un alma libre, a la nunca le importo el negocio familiar, ella era diseñadora de modas, así que solo se enfocaba en sus intereses. Giancarlo ahora tendría que velar también por su hermana, ya que Luciano se mudaría a Estados Unidos con Emily la mujer que amaba. El peso de la constructora de su padre, así como los Hoteles de Luciano caerían sobre sus hombros, por un momento creyó que no podría con semejante responsabilidad, sin embargo, pensar que su hermano mayor lo había hecho desde los veinte años que quedaron huérfanos, le dio la fortaleza para asumir dichas responsabilidades.

Llamada telefónica

-Hola bebé – la voz melosa de una mujer se escucho

-Hola Marie – dijo Giancarlo, eran cerca de las nueve de la noche y el aun seguía en la constructora revisando documentos

-Huy que serio, ¿Dónde quedo el "gatita"?

-Lo siento amor, es que he estado un poco estresado

-Ya veo, ni siquiera has tenido tiempo para mí – dijo ella con voz triste

-De verdad perdona, la verdad si he estado trabajando bajo presión de tiempo, pero te prometo poner más atención a nosotros...

-Bueno te perdono, pero que conste que el próximo mes nos iremos de viaje, muero por hacer ese recorrido contigo y...

-Nena, perdóname, de hecho, hay varias cosas que debo hablar contigo, una de ellas es precisamente el viaje del que habíamos hablado

-No Giancarlo, me lo prometiste, dijiste que me llevarías a recorrer varios países, dijiste que cumplirías mi sueño, no me vayas a salir con que siempre no.

-Marie han pasado muchas cosas, mi hermano Luciano se mudará a estados Unidos y yo debo hacerme cargo de los negocios... además no puedo dejar a mi hermana, ella me necesita y...

-No puedo creerlo, teníamos planes Giancarlo, me lo prometiste

-Y te lo cumpliré, solo que no ahora, tal vez dentro de un año...

-¡Un año! ... me entregué a ti, fuiste el primero, te di todo de mí, y jamás te dije que esperaras un año

Giancarlo se sentía mal, Marie era su novia desde hacia dos años, su primera novia formal y al igual que ella, para él había sido su primera vez. Su relación era romántica, llena de detalles de parte de ambos, Giancarlo siempre procurando agradarla en todo, le había regalado, desde flores hasta una moto, pues ella era fanática. Marie le había dicho que uno de sus sueños más grandes era viajar y conocer Japón, pues su madre tenía ascendencia de esa cultura, como buen novio él le había prometido que después de pasar una temporada en Italia con su hermano Luciano, la llevaría a conocer aquel país, ahora su novia le exigía cumpliera su palabra.