CAPITULO 42.

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Amelia y Giorgio habían llegado a la ciudad semanas atrás cuando se enteraron que sus sobrinos habían desaparecido, no habían dejado de estar pendientes de todo los avances de la investigación, pero aún no tenían noticias de Alessia, Ángelo se había recupero del disparo recibido y ahora estaba con sus tíos y su novia, pero lamentándose no haber podido ayudar a su hermana, la culpa comenzaba a hacer mella en él, todo lo sucedido había sido en primera instancia por su padre, quien lo buscaba, pensaba que si hubiera entregado cuando lo supo, nada hubiese pasado y su hermana estaría a salvo.

Arianna por su lado, se había refugiado en su habitación por casi una semana, estaba muy triste por Alessia, pero también se lamentaba no haber ayudado a que ella escapara, había tenido la oportunidad de dispararle a Fabian mientras sacaba a Alessia de la casa, pero se había paralizado de miedo. Sentía que no era capaz de ver a su hermano a los ojos, había perdido a su mujer por la cobardía de ella, se lamentaba haber dejado los entrenamientos que Franco le ponía para estar no solo fuerte físicamente, sino también mental.

Giancarlo estaba cada vez peor, se había sumido por completo en la tristeza, ya no salía de su recamara, había dejado de asearse y de comer, solo bebía, pero su nana Sara se encargaba de que al menos probara algunos bocados. Había tenido varias discusiones con su hermano Luciano por la forma en como estaba dejándose llevar.

-Franco tenemos que hacer algo, no puedo seguir viendo a mi hermano destruirse de esa forma – dijo Luciano con cansancio visible en el rostro

-¿Aún no tienes información de tu amigo? – intervino Donato frustrado

-Ha sido complicado, pero al fin pudo dejar un mensaje, al parecer han estado moviéndose constantemente de lugar, por lo que le ha sido difícil darnos una ubicación, pero...

-¿Qué pasa? No te quedes callado – le riñó Donato

-No pudo decir mucho, pero menciono que la señorita Alessia esta delicada de salud, por lo que huir no es opción, al menos por ahora.

-¿Qué dices? ¿Cómo que esta delicada de salud? – pregunto Luciano preocupado

-No lo sé señor, no pudimos hablar mucho, las líneas las tienen vigiladas, pero me aseguro que esta cuidando de ella, lo último que dijo fue que se moverían de lugar de nuevo, ellos se encontraban en una isla Santorini.

-¿Te dijo a donde se moverían? – Donato anotaba en una pequeña libreta

-No sabe con exactitud, pero dijo que tal vez sería a Turquía, pues escucho que buscaban a un interprete que hablara ese idioma.

-No es información exacta, podríamos equivocarnos – dijo Donato

-Pero es lo más exacto que hemos tenido hasta ahorita, tal vez no es mucho, pero si es verdad, al menos sabemos en que país estarán.

-Al parecer se han estado moviendo en barco, así que, si piensan viajar a Turquía, hay que considerar los puertos por donde puedan llegar.

-Informemos a la policía, aunque la información es vaga, al menos tenemos algo, Donato, Franco, organicen todo, necesitamos investigar a que parte de Turquía iran, yo hablare con unos viejos amigos de aquel país, veré de que forma pueden ayudarme.

Luciano había trabajado en algunos proyectos con gente de Turquía, se había ganado el aprecio y reconocimiento de algunas firmas constructoras importantes, haría todo lo que fuera por recuperar a la mujer de su hermano.

La policía al recibir la información, organizó una rápida operación para atraparlos antes de que salieran de la isla griega, aunque también estaban preparando todo con el gobierno de Turquía.

La Trampa del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora