CAPITULO 26.

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Gian se levantó temprano, se alistó y salió de su recámara rumbo a la cocina, antes de llegar paso por la sala de entretenimiento y vio a las dos amigas de su hermana dormidas en el lugar, había botellas y botanas en el lugar, se notaba que la fiesta había estado intensa, no quería imaginarse como había terminado Arianna.

Siguió su camino y vio a Sara llegar también, la saludo con una sonrisa y le dijo que desayunaría fuera, le encargó a Arianna y le pidió que por esta vez no la consintiera si amanecía con resaca, que la dejara lidiar con las consecuencias de sus actos. Sara sonrió y dijo que no se preocupara, ella le haría ver la cruda realidad.

Al salir vio a Enzo esperando por él, le dijo que ya se incorporaría al trabajo y junto a Leonardo estarían ese día acompañándolo. Le extraño no encontrarse a Franco, pero no hizo comentarios, solicito su coche pues deseaba un poco de privacidad con Alessia y no la tendría si viajaba en la camioneta con los guardias, además de que recordó como Enzo buscaba a Adriano.

Salió de la mansión directo al penthouse, no le envío mensaje a Alessia pues quería darle una sorpresa, al llegar les pidió a sus custodios que esperarán en la recepción mientras él subía al penthouse. Desde el día anterior que la había dejado ahí, estaba ansioso por volverla a ver, sentía un deseo de tenerla cerca, abrazarla y besarla, sonrió ante sus pensamientos pues parecía un adolescente.

Alessia había despertado muy temprano, después de todas las emociones vividas el día anterior, había caído rendida y al despertar se sentía con las energías renovadas. Se levantó e hizo su rutina mañanera, no sabía si vestir como mujer o como hombre, después de debatir un buen rato se decidió por su ropa de mujer, un vestido sencillo de tirantes y que le llegaba arriba de las rodillas, pero que se amoldaba a su cuerpo, hacía mucho que no usaba algo así. Dejo la ropa de Adriano lista para cambiarse en cuento tuviera que salir. Se dirigió a la cocina y comenzó a preparar el desayuno, no sabía si Gian llegaría temprano o más tarde y tampoco quería enviarle mensaje, así que decidió esperar. Su teléfono sonó y corrió al pensar que era él, pero su tía Amelia era quien le llamaba.

"-Hola mi niña ¿Cómo estás?

-Hola tía, estoy muy bien ¿Y ustedes?

-Estamos bien, estaba preocupada tienes días sin comunicarte, no hagas eso nena, sabes que vivo con el alma en un hilo por ti - le reclamo su tía

-Lo lamento tía, es que han pasado muchas cosas que no he terminado de procesar.

-¿Cosas? Cuéntame amor, quiero saber, ¿se trata de tu seguridad?

-Pues en parte si tía, pero déjame explicarte...

Alessia comenzó a platicarle todo lo que había sucedido con Gian, las emociones las reflejaba en sus palabras, Amelia entendió que su sobrina estaba perdidamente enamorada de su jefe y temía que saliera dañada. Aunque Alessia deseaba solo platicarle a grandes rasgos la situación, la verdad es que Amelia era demasiado curiosa y preguntaba de todo, así que ella terminaba por contestar con más detalles.

-Escúchame bien mi niña, sabes que te amo, por eso me preocupo por ti, te escucho y me doy cuenta de lo enamorada e ilusionada que estas, no quiero que te rompan el corazón.

-Lo sé tía, sé que estoy arriesgando demasiado, estoy clara que en estos instantes lo más importante es mi seguridad, encontrar la verdad y que las personas que desean dañarme sean detenidas... pero de verdad esto que siento es más grande... me enamore de Giancarlo y si tía, me da mucho miedo este sentimiento, temo que para él yo solo sea algo pasajero, que se canse de mi situación, muero de miedo de pensar que soy un peligro para las personas que están a mi alrededor, no soportaría que le hicieran daño por mi culpa – las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas

La Trampa del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora