La luz de la luna se alcanzaba a filtrar por la ventana de su recamara, Alessia se encontraba recostada en la cama y Gian a un lado de ella, mirándose ambos a los ojos. Definitivamente ella era la mujer más hermosa que había visto en su vida, amaba esos ojos miel que lo hechizaron desde que la había conocido, o más bien a Adriano.
Alessia detallo cuidadosamente cara parte del rostro de Gian, era muy guapo, sus facciones le hacían ver como un hombre sexy, desde que lo conoció había robado su corazón, así que no había dudado en entregarse de nuevo a él, pero ahora sin máscaras, siendo ella misma.
-Eres una hechicera – dijo él mientras acariciaba sus mejillas – me tienes completamente embrujado, podría vivir toda la vida solo admirando tus bellos ojos
-Y yo podría vivir toda la vida solo con tus caricias - dijo ella sin dejar de mirarlo - ¿esto es real? – pregunto levantando su mano para colocarla en su pecho
-Si es real, tan real que siento que mi corazón se saldrá de mi pecho en cualquier momento – dijo él poniendo la mano de Alessia sobre su corazón para que lo sintiera
-Hazme tuya Gian – pidió ella
-Solo si tu me haces tuyo Alessia – le dijo él ahora con las manos entrelazadas
-Vamos a pertenecernos
Gian no espero más y unió sus labios con los de ella, era un beso suave, lento, deseaban ambos saborear el momento y grabar cada parte de su boca, de su sabor. Alessia subió sus manos hasta el cuello de Gian y lo acercó más a ella, comenzó a enredar sus dedos entre las hebras del cabello de este, mientras Gian acariciaba lentamente el cuerpo de Alessia por encima de la tela del vestido, hasta llegar al borde le mismo y tocar la piel expuesta de su pierna. Sin esperar comenzó una serie de caricias por debajo del vestido hasta llegar a su centro, el cual acarició por encima de la tela de sus bragas haciendo que ella soltara un gemido involuntario.
Gian desvió los besos hacía su cuello y clavícula, mientras seguía dando placer en su intimidad. Alessia desea corresponder a las caricias, así que poco fue abriendo la camisa de este, cada vez más segura comenzó a delinear los músculos del torso de Gian. Él sentía las delicadas manos recorriendo su cuerpo, el simple toque de ella lo transportaba al cielo.
-Te necesito – musito él en su oído
-Yo también te necesito – dijo ella
Gian se separo un poco para poder deshacerse de la camisa y pantalón, quedando solo en bóxer, ella no perdió detalle de cada movimiento, se coloco de rodillas en la cama y comenzó a subir el vestido hasta retirarlo por completo, quedando en bragas y sostén. Los ojos de Gian recorrieron su cuerpo con deseo, mientras ella hacía lo mismo, pero deteniendo la mirada en el enorme bulto en su ropa interior.
-Me encanta lo que veo – dijo él sonrojándola
Él le tendió la mano, que gustosa acepto, Gian se encontraba parado a orilla de la cama y ella de rodillas en la cama, este comenzó a acariciar su espalda deteniéndose en el seguro del sostén, el cual abrió rápidamente deshaciéndose de la prenda, se alejo un poco para observar sus pechos, los cuales estaban más que listos apuntando hacia él.
-Son perfectos – dijo al tiempo que con ambas manos los acariciaba suavemente provocando que ella cerrara los ojos y comenzara a respirar más rápido.
Gian soltó sus pechos y tomo sus manos, este acto hizo que ella abriera los ojos, él le sonrió y llevó sus manos a su pecho.
-Me encanta que me toques – le dijo
-Yo... me gusta tocarte – dijo completamente sonrojada
-Aquí estoy, mi amor... soy tuyo – le dijo mientras ella lo acariciaba fascinada por la forma en que él estaba tratándola.
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La Trampa del Amor
ChickLit-¿Qué carajos paso? - se encontró con su ropa regada, algunas botellas de alcohol y un preservativo tirado a un lado de cama. Comenzó a buscar en sus recuerdos y lo último que se le venía a la mente era beber como desquiciado cuando vio a aquel homb...