CAPITULO 7.

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-Escuchame bien mocoso, de mí nadie se burla y ahorita mismo me vas a decir quién eres y por qué quisiste trabajar para los De Luca

Franco estaba que echaba chispas odiaba que le vieran la cara, después de haber leído el informe y no encontrar nada de Adriano Conte, lo primero que se le vino a la mente eran aquellas personas que tenían en la mira a Arianna De Luca. Debía llegar hasta el fondo de las cosas y ese muchacho hablaría por las buenas o por las malas.
Alessia estaba aterrada, vio en el rostro de Franco una irá incontenible, debía ser inteligente para poder salir del problema, el detalle era que se había bloqueado completamente.

-Señor de verdad no sé de qué está hablando - dijo ella con voz temblorosa y con lágrimas comenzó a salir.
-Adriano ¿Cuál es tu verdadero nombre? Por qué te investigue y no existes - la cara de Alessia fue de terror y Franco entendió que había dado en el blanco.
-Yo… si, si me llamo… Adriano, tal vez hubo un error…

Franco jalo a Alessia dentro de la bodega y aunque intento safarse no lo logro. Sin soltarla, Franco tomo una esposas y las puso en sus muñecas, Alessia lo miro con terror mientras pedía entre sollozos que lo soltara, pero Franco no escucho, de pronto y sin previo aviso, el hombre soltó un fuerte golpe en el estómago de la pobre Alessia, sacando completamente el aire de sus pulmones y mandándole al piso.
Alessia como si la vida se le escalars del cuerpo, jamás había experimentado un dolor de esa magnitud, no podía respirar, lucho por unos instantes hasta que logro estabilizarse solo para sentir su estómago deshecho por el golpe.

-No… no por favor… le juro que… - sus palabras fueron calladas por otro golpe, pero está vez en los muslos.
-¿Dime quién te envío? ¿Fueron los Sandro Carusso? -Dijo Franco al tiempo que levantaba a Adriano, quien no era capaz de mantenerse en pie.
-¡No¡... Ya no por favor - suplicaba llorando el chico - no sé quién es ese hombre… lo juro - Alessia apenas susurraba las palabras, Franco había asestado dos golpes más, dejándola apenas consiente.
-No te creo, escuché lo que hablabas por celular, ¿Dime quién diablos te envío? - dijo Franco al tiempo que sacaba su arma y quitaba el seguro
-¡No! Se lo suplico, por favor no - Alessia temblaba de terror.

Franco coloco el arma en su frente y antes de que hiciera cualquier movimiento, Adriano cayó desmayado  golpeando su cabeza contra el suelo. Franco frunció el seño, el chico era muy débil mental y físicamente, Carusso no enviaría a alguien así a realizar trabajos para él. Se agachó para revisar el muchacho, comenzó a revisar sus bolsillos y llamo su atención el teléfono de esté, tenia de fondo de pantalla una imagen de mariposas, muy femenina, reviso y no tenía números registrados, ni mensajes en la bandeja de entrada, decidió guardarlo para revisarlo con calma, siguió revisando palpando su cuerpo hasta que sintió algo extraño. De un jalón abrió la camisa que el chico llevaba, volando los botones, sus ojos se abrieron con sorpresa al ver una especie de faja que cubría su torso, pero se notaba un abultamiento en su pecho.

-¡Pero que diablos! - exclamó al abrir la faja que cubría sñel pecho de Adriano.

Frente a Franco se dejaron ver un par de pechos cubiertos solo con un sostén delgado, al detallarlo más se percató de las curvas que adornaban el cuerpo, se quedó sin habla, no entendía que diablos estaba pasando, frotó su rostro un par de veces y con duda acercó su mano al rostro del muchacho, de su cabeza salía un hilo de sangre, reviso y se dio cuenta que el cabello no era de él, levanto poco a poco y se encontró con una peluca y debajo de esta un cabello trenzado y bien acomodado.

-No puede ser - bajo su mano al rostro y detallo la barba, encontrando el inicio de está y con ello la forma de desprenderla.
Jalo la fina tela transparente que simulaba la bárba hasta quitarla por completo. Sus ojos se abrieron aún más con sorpresa. De todos los escenarios que imagino al llevar a Adriano a esa bodega, la imagen que tenía frente a él, jamás paso por su mente. Era una chica, Adriano era una chica, una mujer.

La Trampa del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora