CAPITULO 37.

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Habían pasado cerca de dos horas, el médico solo salió a decirles que ella Alessia había salido bien de la intervención y ya se encontraba en cuarto, aún no despertaba y recomendaba pasar una persona a la vez para verla.

-¿Entonces ya no corre peligro? – pregunto Gian ansioso

-Bueno ya se le hicieron todos los estudios y puedo decirle que se recuperara, incluso la herida de bala sanará satisfactoriamente – Gian asintió aliviado – sin embargo, es mi deber avisar a las autoridades, la señorita sufrió un secuestro y debemos...

-No... escuche se que son los protocolos, pero entiéndanos, si damos aviso a la policía, será más complicado para nosotros encontrarlo a los que hicieron esto – dijo Gian.

-Lo que mi hermano pide, es que nos dejes a nosotros hacernos cargo y no involucres a la policía, por favor. – intervino Luciano

-Luciano, Giancarlo, entiendo lo que me dicen, pero esto es algo muy delicado – el médico había sido amigo de sus padres y los conocía desde pequeños

-Lo entendemos, pero por favor, solo déjanos a nosotros encargarnos de esto... escucha la chica es novia de mi hermano, no tiene más familia y no sabemos si las personas que le hicieron esto querían llegar a nosotros, sabes que en el pasado quisieron hacerme daño, nos conoces y sabes que no haremos nada ilegal, solo buscaremos a los responsables y los llevaremos a la policía.

El doctor lo pensó un poco, pero al final accedió y decidió no hacer nada, además de que en cuanto Alessia estuviera en condiciones seria traslada a la casa De Luca, Gian había decidido llevarla a la mansión y cuidarla desde ahí, Luciano dudo un poco, pero al final entendía la preocupación de su hermano, así que dispuso acondicionar una habitación, pero Gian dijo que se quedaría en su recamara.

-Luciano, muchas gracias por estar aquí – le dijo Gian

-No podría estar en otro lugar, eres mi hermano – Le dijo el mayor antes de abrazarlo

-Ve a casa, Emily debe estar preocupada, además tus bebés te necesitan

-No quiero dejarte, pero si Emily esta preocupada... he pensado en enviarla de regreso a Nueva York, al menos hasta que sepamos más de las personas que persiguen a tu novia

-Luciano, lamento haberte involucrado...

-Tranquilo, yo hubiera hecho lo mismo si mi mujer estuviera en riesgo, hablaremos después de eso, debes ir con ella, enviare más guardaespaldas y no salgas sin ellos

Luciano se despidió y luego salió para encontrarse con su mujer, mientras Gian se quedaba con Alessia.

-Mi amor... Dios mira como te dejaron mi vida – la voz entrecortada de Gian se escuchaba en un susurro – perdóname por no protegerte...

Gian permaneció en la habitación con Alessia, cada que entraban las enfermeras o médico a revisarla preguntaba sobre su estado, desesperándose por qué ella no había despertado aún.

-Gian, tranquilo, entiendo tu preocupación, pero ella esta evolucionando muy bien, despertara en cualquier momento, su cuerpo necesita fortalecerse – el médico hablaba con Gian

-Lo entiendo, pero ya paso un día y...

-Mira su cuerpo esta respondiendo, gracias a los desinflamatorios, los golpes van disminuyendo, míralo así, si despierta ahora sentirá dolor, molesta, incomodidad, además de verse muy golpeada, será difícil para ella, en cambio, mientras sigue en este estado su cuerpo se regenera más rápido, además no esta en estado comatoso, solo inconsciente o dormida si lo quieres ver así – el médico le tranquilizo.

La Trampa del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora