CAPITULO 17

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Después de colgar con Adriano, Gian se sentía más frustrado que que nunca, en su interior la lucha interna era cada vez peor. De pronto el sonido de una garganta aclarandose, lo trajo de vuelta a la realidad de forma abrupta.

-Perdón no quise interrumpir, toque la puerta, pero no contestaste, así que entre, lo lamento - los ojos de Gian querían salirse de sus órbitas, ¿Que tanto había escuchado?

-Eh… ah… si… yo estaba… un poco distraído… ¿Que tanto tiempo tienes ahí? - dijo muy nervioso

-Amm… yo… bueno puede que haya escuchado lo último que dijiste.

Y ahí estaban confirmándose sus peores temores, su cuñada había escuchado el nombre de Adriano y si declaración de no ser gay. Gian trago saliva y se alejo un poco escondiendo la mirada.

-Se que no hemos convivido tanto como familia, pero creeme que los aprecio mucho a ti a y Arianna. Ustedes son lo más importante para Luciano, junto conmigo y los bebés claro, pero él los ama y siempre los apoyará. - ella se acercó a Gian - a veces tener a alguien a quien contarle lo que nos preocupa, nos molesta o nos inquieta, es lo único que necesitamos para aclarar nuestras ideas y pensamientos. 

Emily le regaló una sonrisa que le dejaba claro que podía ser ella esa persona. Ella se dió la vuelta para irse, pero Gian la detuvo tomándola del brazo sin lastimarla.

-Perdón… eh… mi hermano está…

-Luciano salió muy temprano, debía firmar unos documentos, regresará a media mañana y tu hermana salió a correr, Franco la acompaño, te toca acompañarme a desayunar - dijo ella sonriendo.

Emily volvió a caminar a la puerta, pero antes de que ella la abriera, Gian suspiro y cerro los ojos para hablar

-Yo… se que me… escuchaste - dijo resignado

-No sé que es lo que escuche - dijo ella

-Emily… yo… no se que me pasa - dijo al tiempo que soltaba el aire y se dejaba caer en la cama.

Ella lo miro sin decir nada, era claro que estaba angustiado, lo vio colocar sus codos en las rodillas y sus manos en la cabeza, permaneció así unos minutos dónde ninguno de los dos dijo nada. Ella se acercó lentamente y se sentó a su lado y comenzó a sobar su espalda, se había dado cuenta que Gian estaba llorando en silencio.

-Los seres humanos somos las criaturas más complejas del mundo, podemos ser felices sin necesidad de sufrir, pero creemos que debemos sufrir para poder ser felices, no siempre, pero si muchas veces. Tenemos tantos fantasmas internos que no nos permiten ver más allá de la verdad.

Gian escucho cada palabra, pero no entendió o más bien no quería aceptar, sabía en el fondo que debía haber algo más.

-Yo… Dios… es tan difícil… toda mi vida… mi mundo… mis creencias… simplemente no puedo, debe haber algo más - dijo con voz cortada

-Estoy segura que hay algo más, pero eso está aquí - señaló su corazón - solo debes escucharlo

-No… no puedo… yo no… no quiero - dijo con miedo

-Bueno entonces busca por qué tú corazón se está empecinado en algo.

-Emily… yo… yo no sé que me pasa, jamás me había comportado como lo he hecho, jamás, pero es que él… simplemente es él - dijo al tiempo que cerraba los ojos y de nuevo ahí estaban esos ojos.

-¿Te gusta? - pregunto sin malicia

-Soy hombre, no me debe gustar otro hombre, jamás me ha gustado ningún hombre, me gustan las mujeres… pero…

La Trampa del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora