CAPITULO 19.

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Gian estaba fuera de sí, el alcohol en su sistema había causado que sus emociones y sentimientos afloraran con intensidad, ahora eran sus impulsos los que mandaban sobre él. Su más grande muro era el hecho de que Adriano era hombre, sin embargo, esos ojos lo habían hechizado a grado tal que ahora estaba a punto de tomar a Adriano, como en uno de sus sueños.

-Me encantan tus labios, son tan dulces – dijo Giancarlo atacando de nuevo su boca

Alessia apenas podía pensar, sus neuronas estaban haciendo corto circuito, en ese punto ya nada era lógico, todo era tan irreal, sabía que debía pararlo, había muchas razones por las que debía hacerlo.

-Gian... no... esto no... - Alessia trataba de hablar, pero Gian no dejaba de besarle y sus manos recorrer su cuerpo.

-No digas nada... esto es solo un sueño – dijo Gian trasladando sus labios al cuello de Adriano – por qué solo en sueños puedo tenerte niño bonito. - Alessia no dijo nada, era claro que el alcohol era el culpable, Gian creía que estaba soñando.

De pronto el celular de Adriano comenzó a sonar, era su tía quien estaba preocupada, pues su sobrina no llegaba.

-Por... favor, debo.... Debo contestar – dijo Alessia, quien en algún punto se había rendido ante sus besos.

-No... - dijo Gian volviendo a atacar sus labios, sin embargo, el teléfono seguía timbrando - ¡Maldición!

Gian se levantó e intento quitarle el celular a Adriano, pero sus reflejos no eran buenos, así que no lo logro, Adriano se alejo un poco y contesto.

-Hola...

-Mi niña ¿dónde estás? – preguntó Amelia preocupada

-Amm... yo – Alessia no sabía que decir, Giancarlo no le quitaba la mirada – estoy bien, no te preocupes, es un poco tarde, mañana temprano iré a verte ¿si?

Gian tomo una botella y continúo bebiendo, sin dejar de ver cada movimiento de Adriano y escuchar cada palabra.

-También te quiero, nos vemos mañana

Fue lo único que dijo antes de que Gian arrebata el celular y lo lanzara al suelo haciendo pedazos.

-¡Dios! ¿Por qué hiciste eso?

-Escúchame... bien – hablo con voz atropellada – tienes prohibido... mirar a otra persona... tu eres mío – dijo amenazante.

No dejo que Adriano replicara y se fue hacia su recámara con una botella en mano, dejando a Alessia sola en la gran sala. Por unos momentos no supo que hacer, pero después de pensarlo decidió irse del lugar, después de todo su jefe ya estaba sano y salvo, además lo que había sucedido posiblemente no lo recordaría con la borrachera que se cargaba. El problema fue que no pudo salir del penthouse, necesitaba la tarjeta para abrir el elevador y la clave de acceso, frustrada decidió quedarse en la cocina, hasta que se le ocurriera algo, esperaba que Gian ya estuviera dormido.

Habían pasado unos minutos cuando escucho un sonido fuerte proveniente de la recamara, rápidamente corrió a verificar, pues temía que Gian se hubiera hecho daño. Al entrar encontró una mesita de noche tirada y Gian en el suelo completamente ebrio, se apresuró a ayudarlo, pero era demasiado pesado, pues Gian no ponía nada de su parte.

-Vamos señor, ayúdeme un poco – dijo Alessia

-Cómo si te... interesaraaa lo que mee passsa – dijo Gian

-Claro que me interesa, es mi jefe

-Dejamee... no me toques... veteee con ese que te habla – Gian le empujo e intento levantarse solo, pero fracaso

La Trampa del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora