CAPITULO 10.

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Gian hablaba por teléfono con Marie, su novia, ella le contaba todo lo que quería hacer cuando el viajará a Londres a verla. También le pedía o más le exigía llevarla a conocer el lujoso resort de Luciano, pues tenía contemplado viajar con él de regreso a Italia.

-Nena, creo que son demasiados planes y poco tiempo - dijo él tratando de calmarse

-Por favor Gian, no me salgas con eso, tenemos mucho tiempo sin vernos, debemos aprovechar el tiempo juntos, además ya me habías dicho que si - dijo ella en tono molesto

-Se lo que te dije, pero también recuerda que te mencioné que iba a viajar a Nueva York, mis sobrinos están por nacer y…

-Si, si ya entendí, está bien, entonces ¿Cuando vendrás y cuánto tiempo estarás aquí? - dijo ella secamente

-Nena, no quiero que te enojes, por favor entiende, es mi familia

-Si ya entendí, no soy estúpida, pero necesito saber cuando llegas y cuando nos iríamos, por qué te recuerdo que yo te acompañaré.

-Llego en un par de días y tendríamos que volver a Italia al día siguiente, debo firmar unos contratos antes de viajar a Nueva York - dijo él mientras se giraba hacia la ventana y se daba cuenta que Adriano lo observaba desde afuera.

Su novia siguió hablando y quejándose de que era muy poco el tiempo, pero al final acepto y se trago todo aquello que quería escupirle a Gian, ella sabía que estaba tensando mucho la cuerda. Después de colgar la llamada, Gian camino a su despacho, se sentía cansado mental y emocionalmente, deseaba tranquilidad, pero sabía que los próximos días no la tendría, sobre todo con Marie, aquella hermosa chica que alguna vez fue su mundo y ahora, ahora no sabía en qué de estaba convirtiendo.

Salió del despacho para ir al gimnasio, necesitaba distraerse, sacar todo ala frustración que comenzaba a acumularse. Corrió las cortinas del enorme ventanal que daba a la parte trasera de la mansión y a lo lejos vio a Adriano caminar pesadamente de  nuevo para el departamento de Franco. El chico le causaba curiosidad, era demasiado delicado, su hablar, la forma de caminar , de comportarse en general, su timidez le causaba ternura y la manera de sonrojarse por todo también. Nego con la cabeza, de nuevo estaban ahí esos pensamientos extraños. De pronto observo como uno de los guardias se acercaba al chico y conversaba con él, nada extraño, pero cuando le sonrió y tomo su mano, le pareció ver a Adriano incómodo, ¿Acaso el guardia estaba coqueteando con Adriano?. Sin entender por qué, Gian se molestó por las confianza que el guardia tenía para con Adriano, los vio despedirse y al chico caminar apresuradamente hasta la casa y de nuevo ahí estaba ese movimiento de trasero.

Salió del gimnasio y sin saber que lo motivaba camino hasta la casa de los guardias, cuando llegó vio a Enzo sentado afuera y en sus manos traía el vendaje de la mano de Adriano.

-Buenos noches señor - saludos el guardia poniéndose de pie inmediatamente

-Buenos noches Enzo, ¿Sabes dónde está Franco? - pregunto tratando de pensar que diablos estaba haciendo

-Él señor Franco está…

-¿Que traes en la mano? - pregunto Gian antes de que Enzo contestará

-Oh esto - dijo mostrando la venda - es la venda de la.mano de Adriano, me lo encontré y quise revisar su herida, ya está sanada - dijo con una leve sonrisa que a Gian le enfado más.

-Bien, con permiso - dijo y sin más comenzó a caminar primero en direccion a la casa, pero una fuerza lo impulso a desviarse hasta el departamento de Franco.

Cunado estuvo frente a la puerta se dió cuenta wue era una estupidez estar ahí, sin embargo, otro impulso lo hizo llamar, abriendo la puerta un Franco con la camisa desabotonada.

La Trampa del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora