CAPITULO 48.

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Si era un sueño el que estaba viviendo, no quería despertar, Gian estaba congelado en la entrada de la habitación, ahí estaba ella, la mujer más hermosa del mundo, la mujer que se había metido hondo en su corazón y se negaba a salir. Alessia dio unos pasos hacía él al ver que este no se movía.

-Puedes pasar, estas en tu recamara – le dijo sonriendo y aun acariciando su vientre

-No lo puedo creer – Gian comenzó a acercarse a ella, deseaba tanto abrazarla y besarla, tocar su barriga, pero no sabía si ella se lo permitiría

-Créelo aquí estamos – dijo ella acortando la distancia entre ambos

-Estas muy...

-Gorda, lo sé

-Preciosa, realmente muy hermosa – tuvo la intención de tocar su vientre, pero sus manos se detuvieron.

-Esta muy inquieto, sabe que eres su papá – ella tomo sus manos y las coloco en su vientre para que sintiera la fiesta que su pequeño tenía. A Gian se le formo una sonrisa que le abarcaba todo el rostro, Alessia entendió que ese era su lugar, era su familia

-Hola mi amor – dijo Gian después de hincarse frente a Alessia y acercarse a dejar un beso en su barriga – soy tu papi, no sabes las veces que he soñado contigo, te espero con ansían mi pequeño – lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas de Alessia y Gian.

Él permaneció unos instantes ahí hablando con su bebé, le parecía un sueño del que no deseaba despertar. Alessia comenzó a acariciar el cabello de su amado y Gian se dejo hacer. Cuando se puso de pie dudo un poco, pero después la tomo de la cintura, mientras ella colocaba sus manos en el pecho de este, ninguno decía nada, solo se miraban a los ojos, fue hasta que ella tomo aire y comenzó la conversación.

-Tal vez en estos momentos tienes un sinfín de preguntas, tal vez sean reclamos...

-En estos momentos lo único que deseo es saber si te quedaras – en su mirada y su voz había miedo, pero también amor, mucho amor

-Gian – ella hizo una pausa y le acarició el rostro – ¿mis maletas no delataron mis intenciones? – pregunto Alessia

Gian se separó un poco de ella y miro hacia el resto de la habitación y ahí estaban todas las cosas de Alessia invadiendo de nuevo la habitación de él.

-Mi amor – la abrazo como la barriga de ella se lo permitía – me haces el hombre más feliz sobre la tierra – le tomo el rostro – te prometo hacerte la mujer más dichosa, no te arrepentirás jamás, de estar conmigo

-Eso suena como una propuesta – dijo ella sonriendo y Gian de inmediato cambio su expresión

-¡Diablos!... mi amor no estaba preparado, pero quiero que sepas que me harías el hombre más feliz del mundo si aceptaras estar conmigo para siempre, si aceptas ser mi esposa – dijo él apresuradamente

Ella lo miro unos instantes con los ojos entrecerrados, Gian se comenzó a sentir nervioso, Alessia se separó y camino un poco por el lugar.

-No acepto – dijo ella mirándolo

-¡¿Qué?! Pero no entiendo, estas aquí, yo... mi amor por favor perdóname todo lo estúpido que fui, te amo Alessia, por favor mi vida no lo dudes jamás, este corazón solo late por ti – Gian hablo rápido esperando que ella cambiara de opinión y decidiera estar con él-

-Gian, alto... te he dicho que no acepto, no por que no lo quiera, solo que después de todo lo que hemos pasado, al menos deseo que te esfuerces para pedirme que sea tu esposa, esta vez quiero que te luzcas, tu hijo y nos lo merecemos – dijo son una sonrisa

La Trampa del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora