CAPITULO 33.

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"Mi amor, quiero presentarte a Ángelo... tu medio hermano..." esas fueron las palabras de su tía Amelia, cada una resonaba en su cerebro "medio hermano", era él, era el hijo que su madre había dejado en un orfanato. Alessia quería hablar, pero de su boca no salían las palabras y no solo eso, sino que tampoco era capaz de mover un solo musculo, de pronto sintió unas enormes ganas de llorar, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y su respiración a acelerarse ¿qué era lo que sentía en ese momento? No lo sabía en realidad, solo fue invadida de nuevo por todas las emociones vividas desde la muerte de sus padres.

Amelia se asustó al ver que ella no decía ni hacía nada, Ángelo comenzó a ponerse más nervioso, su temor más grande era ser rechazado por ella, mientras que Gian se limito a sostener a Alessia, pues sentía que en cualquier momento colapsaría.

-Creo que es mejor que nos sentemos – dijo Gian abrazando a Alessia, quien no quitaba los ojos de su hermano

-Mi niña ¿estas bien? – pregunto Amelia asustada, Alessia solo asintió y se aferró al cuerpo de su novio, quien no la dejo ni un instante

Cuando todos estuvieron sentados en la sala del penthouse, un silencio se instalo en el lugar, Alessia no quitaba los ojos de su hermano y Ángelo se sentía cada vez incomodo y con ganas de salir.

-Hija dinos algo por favor, me estas asustando – pidió su tía Amelia

-Amor, tranquila, todo esta bien – le susurro Gian al oído y ella asintió con la cabeza

-Lamento mi reacción... es solo que... me tomo por... sorpresa – dijo sin dejar de ver a su hermano, quería encontrar un parecido con su madre, pero lo único que le recordaba a ella, eran sus ojos.

-Siento presentarme así... yo... no quiero causarte problemas – dijo él nervioso

Alessia se comenzó a separar de Gian para acercarse un poco a Ángelo, se puso de pie y él la imito, Alessia le tomo las manos y su llanto no se hizo esperar, sin más ambos hermanos se abrazaron, Ángelo no pudo contener las lágrimas también, su hermano no lo rechazaba. Amelia fue abrazada por su esposo Giorgio. Gian permaneció sin decir nada, era un momento intimo entre hermanos.

-No puedo creer que estes aquí – dijo Alessia – te he buscado y... y creí que nunca te encontraría – dijo entre sollozos

-¿De verdad me habías estado buscando? – pregunto sorprendido

-Si, esa fue la razón por la que llegue a esta ciudad, yo me entere de tu existencia gracias a los papeles que guardaba mamá, pero no había muchos datos

-Ella quiso protegerme de alguna manera, mi padre no es precisamente una persona honorable – dijo Ángelo con pesar.

-Mis niños, no puedo con la emoción por fin están juntos, como hermanos, como siempre debió ser – se acercó y los abrazo también, uniéndoseles después Giorgio.

Gian sintió que debía darles su espacio y pensó en salir del lugar, ya habría otro momento para presentarse formalmente con la familia de Alessia, cuando comenzaba a caminar a la salida ella lo detuvo.

-Gian, no te vayas por favor – dijo Alessia

-Creo que ustedes tienen muchas cosas de que hablar – dijo él acercándose a ella

-Si es verdad, pero antes quiero presentarte – ella lo tomo de la mano y se giro hacia sus tíos y hermano – Gian te presento a mi tía Amelia y mi tío Giorgio y bueno a mi hermano que acabo de conocer – dijo sonriendo – él es Giancarlo De Luca, mi novio – dijo con las mejillas sonrojadas

-Mucho gusto – Gian los saludo a todos y después volvió a posicionarse a un lado de Alessia

-¿Así que eres el famoso Gian? – dijo Amelia con los ojos entrecerrados

La Trampa del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora