Al día siguiente, Alessia se levantó muy temprano, saber que el departamento también se encontraba Donato la inquietaba, con Franco había confianza, pero no quería levantar sospechas. Se alistó y salió al comedor, ahí vio al tío de Franco, quien se preparaba un café.
-Buenos días – saludo ella
-Buenos días muchacho – contesto el mayor – ¿Qué tal dormiste?
-Bien señor, lamento la incomodidad que le cause, se que antes mi dormitorio era el suyo
-Descuida, no hay problema, de hecho, Franco durmió en el sofá y yo en la habitación, ventajas de ser el tío – dijo sonriendo, al tiempo que Franco se les unía
-Buenos días
-Buenos días – contestaron ambos
-Adriano, los señores saldrán más tarde para la oficina, no se si ya tienes indicaciones del señor Gian – Franco se dirigió a Alessia, mientras que Donato solo escuchaba la conversación
-No me ha dicho nada, pero me envió un mensaje y lo vere en unos instantes en su despacho.
-Bien, si sales antes, Marcello te acompañara – dijo Franco
Alessia solo asintió, pero se dio cuenta que Donato los miraba extrañado, minutos después salió hacia la casa principal para reunirse con Gian, quien ya la esperaba en su despacho, mientras Donato se quedaba con Franco.
-No sabía que el muchacho salía custodiado – Donato
-¿Qué? No, solo que a veces sale con alguno de los chicos, dependiendo de los pendientes que el señor Gian tenga, pero nunca se descuida la seguridad de él y la señorita Arianna.
Donato solo asintió con la cabeza, pero Franco sabía que no estaba conforme con la respuesta, sin embargo, no iba a dar pie a más preguntas, por lo que se apresuró a salir para hablar con los guardias.
Alessia entro a la casa y se dirigió al despacho, toco un par de veces y pidió permiso para entrar, la puerta fue abierta casi inmediatamente y Gian la jalo hacía adentro, cerrando inmediatamente la puerta con seguro y empotrándola sobre esta.
Sin decir palabra alguna, atacó su boca en un beso intenso y ardiente, que si bien la sorprendió, logro seguirle el paso. Enredo sus manos en el cuello de él, Gian camino con ella hacia uno de los sofás y la sentó a horcajadas, en ningún momento la soltó, al contrario, la apretó más a su cuerpo, en otra circunstancia, no habría dudado un segundo en desnudarla y hundirse en ella. Gian se había dado cuenta que cada día que pasaba se enamoraba más de Alessia, le encantaba su compañía, su conversación, su cuerpo, sus ojos, su olor, absolutamente todo de ella lo volvía loco y definitivamente hacer el amor con ella, era la experiencia más mágica y excitante del mundo.
-Dios... amor, me vuelves loco – dijo Gian cuando por fin rompieron el beso
-Gian... - gimió ella, pues sentía como su miembro se había endurecido
-No tienes una idea como me pones, te deseo siempre Alessia, me has vuelto adicto a ti, y me encanta – dijo él acomodando su cara entre sus pechos
-Tu también me vuelves loca Gian, haces mis neuronas se vuelvan tan locas que no soy capaz de pensar con claridad, esto es tan intenso que a veces me da miedo que sea solo un sueño – dijo ella al tiempo que acariciaba su cabello
-Si es sueño, no quiero despertar jamás, quiero estar siempre así contigo... te amo Alessia
-Te amo Gian, mi corazón solo late por ti y para ti.
Volvieron a unir sus labios, pero esta vez el beso fue más lento, se dieron el tiempo de disfrutar cada caricia, hasta que fueron interrumpidos por el sonido de perilla.

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La Trampa del Amor
ChickLit-¿Qué carajos paso? - se encontró con su ropa regada, algunas botellas de alcohol y un preservativo tirado a un lado de cama. Comenzó a buscar en sus recuerdos y lo último que se le venía a la mente era beber como desquiciado cuando vio a aquel homb...