La Trampa del Amor

CAPITULO 22.

Alessia estaba completamente desconcertada, la actitud de Gian no era normal, la acababa de besar, le había pedido permanecer a su lado, podía ver en su rostro miedo, miedo que ella tradujo en el hecho de aceptar una homosexualidad, parecía un niño asustado, esa vulnerabilidad le había hecho bajar la guardia y permitir el acercamiento con él, aún cuando se había jurado no caer de nuevo. Estar en los brazos de él, a pesar de lo sucedido noches atrás, la hacía sentir bien, tal vez por el hecho de que se había enamorado de su jefe.

Gian por su parte, si en verdad estaba aún confundido y revuelto en sus emociones, pero en esos momentos tener así a Adriano, le trasmitía paz, aunque el chico estaba tenso, al menos no lo había rechazado, aunque tampoco correspondido, solo permanecía como estatua. Gian se separo lentamente de él, pero sin soltarlo, tenía una extraña sensación de que si dejaba de tocarlo, se iría como en su sueño o más bien en su pesadilla.

-Creo que debo retirarme... para dejar trabajar – dijo Adriano con voz baja y desviando la mirada

-No quiero que te vayas aún – dijo Gian sin soltarlo

-Esto no es correcto, usted solo esta confundido – dijo Alessia a punto de las lágrimas – cuando recupere la cordura se arrepentirá... por favor

Gian se quedo unos instantes digiriendo sus palabras, Adriano tenía razón en algo, no era correcto lo que hacía.

-Tienes razón... no es correcto – dijo por fin, Adriano sintió de nuevo su corazón doler – pero a pesar de que sí, estoy confundido aun, en estos momento solo estoy cierto de algo... - le tomo el rostro para que lo mirara – te necesito cerca de mí, no sé si soy gay o no, solo que sé que me gustas... me gustas mucho – Adriano abrió los ojos con sorpresa, las palabras se atoraron en la garganta y podía sentir los latidos de su corazón martillar en sus oídos – Se que me he portado como un imbécil, pero no soy así, solo que no sé como manejar esta situación, me siento tan perdido, pero más allá de eso, temo perderte, que te vayas y no vuelva a verte, que algo malo te suceda y te apartes de mí... es una estupidez – sonrió con tristeza – pero es lo que siento.

Adriano trago grueso, esa declaración era lo último que esperaba escuchar, Gian el hombre del que se había enamorado, estaba aceptando sus intereses y sentimientos hacía una mentira, por que eso era Adriano, una mentira, en su mente podía escuchar las palabras de su consciencia gritarle que debía alejarse, que no era justo para Gian.

-No es justo – dijo Adriano, contestando a su consciencia, pero que Gian interpreto para él

-Adriano, se que no he sido bueno contigo...

-Lo siento, es solo que usted no es homosexual, tal vez solo esta confundido, yo sé que por mi forma de ser, pues se me considera afeminado, tal eso lo confundió y...

-Si es verdad, hay un enredo en mi cabeza, pero... anoche sucedió algo que... me hizo sentir que si no lo intentaba... Dios no sé como explicarlo... solo no tengo una razón o argumento para estar así contigo, mi mente no sabe que hacer, pero aquí – dijo tocándose su corazón – aquí hay una emoción incontrolable cuando te tengo así, no puedo explicártelo, solo... solo demostrártelo.

Gian volvió a besar a Adriano, aferrándose al pequeño cuerpo, lo besó como si su vida dependiera de ello, mientras Alessia no terminaba de procesar todas las palabras que escuchaba, encima de tener un sentimiento de culpa ante toda la situación. Comenzó a mover sus labios correspondiendo el beso, poco a poco comenzó a mover sus manos por los brazos de Gian hasta que estos se enredaron en su cuello. Cuando les fue imposible respirar, ambos se separaron con pesar volviendo a unir sus frentes.

-Escucha... yo no sé cómo hacer esto – Gian no encontraba las palabras exactas que le permitieran expresar lo que quería – solo se que quiero conocerte más