CAPITULO 45.

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Había pasado una semana desde que Alessia salió del hospital, estaba en cama y sus tíos la consentían en todo, su hermano Ángelo y su cuñada Noelia iban casi diario, ellos seguían trabajando en el Resort de Luciano viviendo en el área destinada a los trabajadores del lugar. Hasta el momento Alessia no había hablado sobre lo sucedido con Gian, cada vez que su tía le preguntaba, ella solo lo evadía, sin embargo, todas las noches se quedaba dormida entre lágrimas y sollozos.

Giancarlo por su parte, había ido a buscarla los tres primeros días y después de escuchar siempre el mismo rechazo, se iba sintiéndose peor, había dejado de ir a la constructora y todo el trabajo estaba recayendo en Luciano, quien no quiso volver hasta estar seguro de que sus hermanos estarían bien.

Arianna por su lado, se había refugiado en el trabajo, dejando de salir fiestas y reuniones, Franco la acompañaba a todos lados junto a Marcello, ella no había vuelto a poner objeción y ahora también estaba más disciplinada en sus entrenamientos, sin embargo, había dejado de sonreír, su frescura y espontaneidad se habían ido. Los mellizos parecían unos desconocidos, la complicidad y hermandad se había opacado por la tristeza.

-¿A dónde vas princesa? – pregunto Luciano a una Arianna apresurada

-Hola hermanito – se acercó y le dio un beso en la mejilla – voy a una reunión con una posible socia, para una presentación de accesorios que quiero hacer – dijo con una sonrisa que fue mas una mueca

-Ya veo...

-Franco y Marcello irán conmigo, espero no tardar mas de una hora. – le lanzo un beso y salió

Luciano no dijo nada solo asintió, Donato entro enseguida y saludo a su jefe.

-Señor ¿esta bien? – pregunto Donato

-Le dije a Emily que regresaría hace en estos días, pero mis hermanos me necesitan, Giancarlo y Arianna no están bien, no me puedo ir así – suspiro cansado mientras se pasaba las manos por el rostro.

-Entiendo señor, yo también veo que no se encuentran bien y me preocupa que Franco no sea capaz de cuidarlo

-Franco a demostrado ser muy capaz – contradijo Luciano

-Si, pero siento que hay cosas que no conozco de él – dijo Donato

-Bueno hasta ahora a sido leal y aunque es cierto que sus métodos nos han sorprendido, creo que no es extraño, tengo entendido que fue soldado y miembro de un grupo de elite, no sé, supongo que conoció a mucha gente.

-Tiene razón señor, pero no esta demás que hable con él, no me gusta desconocer cosas importantes. Por cierto, Franco a mencionado que la señorita Arianna esta más dócil, y en ella no es normal, pero supongo que es parte de todo lo que ha vivido

-Así es, eso es precisamente lo que más me preocupa, mis hermanos están perdiendo su esencia y entiendo que pueda suceder, pero no es algo agradable... le diré a Emily que por el momento no puedo volver, le pediré que venga, tengo tantas ganas de ver a mis hijos y a mi mujer...

Giancarlo había llegado a la mansión, estaba absorto en sus pensamientos que no se dio cuenta que iba hacía el despacho donde su hermano hablaba con Donato. Se detuvo al escucharlos hablar, fue entonces cuando se sintió miserable, se había enfocado tanto en lo que él estaba viviendo y sintiendo que se olvido de sus hermanos. Por un lado estaba Arianna, su melliza, con quien siempre había habido una complicidad, pasaban tiempo juntos y se seguían en sus locuras, ahora apenas y cruzaban palabras, pues se había dado cuenta que agachaba la cabeza cuando se encontraban, Luciano le había dicho que se sentía mal por qué no había podido ayudar a Alessia cuando estuvieron secuestradas, Gian solo había respondido que no era su culpa, pero nunca se preocupo por acercarse a su hermana, y ahora entendía que ella también había pasado por un trauma y él no estaba ayudándola a superarlo.

La Trampa del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora