CAPITULO 13.

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Gain despertó con el movimiento de la pelirroja, pues se levantó para ir al baño. Ambos habían caído rendidos en la madrugada y dormido completamente desnudos.

-¿A dónde vas? Es temprano - dijo él con voz ronca
-Necesito ir al baño, además me siento sucia - dijo al tiempo que caminaba desnuda sin pudor alguno.

Gian se acomodo en la cama, pero después de pensarlo unos segundo ir detrás de ella, la vio lavar sus dientes y él la imitó. Posteriormente la tomó de la mano y la llevo a la ducha.
Ambos comenzaron a asearse, pero de un momento a otro la intensidad subió. Gian le dió la vuelta para que quedara de espaldas a él y le dijo que se sostuviera de las baldosas. Paseo su pene completamente erecto por sus glúteos. Con una mano la tomó de la cintura y sin esperar más tiempo la penetró fuertemente, haciendo que ella soltará un gemido fuerte. Se mantuvo sin moverse mientras sus manos recorrían sus curvas y con morbo miraba la unión de ambos. Una idea había pasado por la cabeza de Gian, estaba tan excitado y la posición en la que la tenía ayudaba.

-¿Quiero penetrar tu lindo culo? - le dijo al oído, haciendo que ella se tensara, pero a la vez se excitara.
-Hazlo - dijo ella casi en un susurro.

Gian comenzó a moverse lentamente dentro y fuera de ella, mientras una mano la llevaba hasta su clítoris para jugar con el.
Ella cada vez estaba más cerca del orgasmo, pero entonces el salió de ella y la mano que daba placer en su botón inflamado, viajo hasta su orificio, comenzó a estimularlo, primero con un dedo y después dos, haciendo que la chica se aferrara más a las baldosas
El placer que le estaba dando era increíble, haciendo que las piernas de ella comenzarán a temblar.

-Aguanta un poco más, pronto mi verga estará dentro de ti - le dijo al oído al verla comenzar a temblar.

Cuando se dijo que era suficiente, saco sus dedos y guío la punta de su pene al orificio, empujó un poco, haciendo que ella se arquera al sentir el grosor de aquello que comenzaba a profanar su culo. Gian la sujeto fuerte de la cintura y de un solo movimiento entro en ella, haciendo que emitiera un sonoro grito. Él se quedó inmóvil esperando a que se acostumbrara, mientras volvía a dar placer a su botón inflamado, ella comenzó a relajarse y se movió un poco hacia atrás en señal de que estaba lista.
Gian no lo pensó dos veces y comenzó a penetrarla, primero lento pero profundo, la sensación que sentía al tener apresado su miembro era increíble, siempre había querido practicar el sexo anal, pero Marie nunca lo permitió. Ahora se estaba dejando llevar por el éxtasis, poco a poco las embestidas fueron más fuertes y profundas, a tal grado que él tuvo que aferrar muy bien sus manos en sus caderas.

La pelirroja, gemia cuál gata en celo, por semejante placer, mientras Gian lo hacía igual de fuerte.
-Voy… Gian… oh Dios… me corro - Gian aumento sus embestidas
-Vamos nena… dámelo… - Gian y la pelirroja se corrieron casi a la par.
Ella casi no podía mantenerse de pie, por lo que Gian le ayudo a limpiar los retos se semen que bajaban por sus piernas. Después de volver a asearse, la llevo a la cama dónde ambos se recostaron, satisfechos por semejante faena.

-Eso fue intenso - dijo ella
-Desde hace mucho quise hacerlo, pero Marie nunca lo permitió - dijo él con los ojos cerrados
-Me gusto aunque me rompiste el culo - dijo ella con una risa
-Me encanta tu culo - dijo el jalandola hacia su cuerpo. Estuvieron así un buen rato hasta que ella se levantó.
-Me tengo que ir - dijo al tiempo que buscaba su ropa, sentía una molestia en su trasero, pero nada que no pudiera soportar
-Podemos quedarnos todo el día aquí - dijo Gian, viendo sus tetas al aire.
-Sabes que no puedo además debo comenzar a arreglar mis maletas, ya sabes que viajaré en una semana. Estoy tan nerviosa, solo espero no arrepentirme después, estoy dejando a mi familia.
-Solo estás siguiendo tus sueños, ve y enséñales como se hacen las cosas - dijo Gian, él sabía que la pelirroja se mudaria pronto.
La chica le gustaba, pero no para retenerla, ella era libre y eso le había quedado claro siempre, además acababa de terminar una relación y ahora solo deseaba concentrarse en el trabajo y disfrutar de los placeres de la soltería, por fin haría caso a los consejos que alguna vez le dió su hermano mayor.

La Trampa del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora