Decir que el resto del día fue bien sería mentir. Quiero decir, no pasó nada catastrófico, pero se acababa de ir Taeja y el ánimo estaba un poco por los suelos.
No sabíamos si era buena idea intentar contactarle, qué estaría pasando o qué le estarían haciendo.A mí solo me quedaba esperar lo mejor. Tal vez lo mandarían directamente a estudiar a Barcelona, como nos había dicho, y así estaría lejos de problemas y más a salvo.
Nosotros nos reorganizamos un poco por si nos veíamos en la situación de hacer una escapada de emergencia de la casa y nos pusimos a planificar.
Gunnar se reunió con Arthur y con Rome para ver posibles variantes y opciones del plan, consultando conmigo de vez en cuando cómo estaba la situación en la ciudad. Lo hacían porque creían que yo tenía la vida más normal de todos ellos y podía darles información de la calle, pero me dedicaba a intentar moldear sus planes a los míos para evitar conflicto en la medida de lo posible.
Al final, salí a la parte trasera donde Lucas y Elya estaban llevando a cabo una actividad intelectual como era ver quién podía tallar un trozo de leña con una piedra. Solo que ninguno se había asegurado de que la piedra en cuestión estuviera afilada.
Sinceramente, mientras no acabasen en el hospital, a mí me parecía todo bien. En especial porque había visto como Lucas arrastraba a Elya hasta allí para distraerlo.Sentí una presencia a mi lado y al girarme me encontré con un Jinho recién salido de la ducha y con el pelo mojado.
—Al parecer nacieron el uno un día antes que el otro —me contó tras soltar un suspiro— así que a veces se comportan como una especie de gemelos diabólicos mononeuronales —explicó sin apartar la vista de los chicos. Diría que para estar pendiente de que no se hicieran daño, pero conociendo a Jinho estoy segura de que esperaba el momento en el que uno se reventase el ojo o algo así.
—No es como que tú seas un angelito precisamente —bromeé haciéndole rodar los ojos y sonreír.
—Nena, soy escorpio, no lo puedo evitar —me sostuvo la mirada unos segundos esperando una reacción que no llegó hasta que ambos nos empezamos a reír.
—Jamás creía que te oiría decir algo así —murmuré acercándome a donde estaban los dos chicos más jóvenes porque yo sí tenía miedo de que alguno se sacase los dientes sin querer.
—Soy una caja de sorpresas, lo mismo enveneno a un par de ricos que te saco la carta astral —comentó él como quien no quiere la cosa, haciendo que Lucas casi se cortase un dedo al reírse.
Así fue como pasamos la tarde hasta la hora de cenar. Para los que andéis un poco desorientados, era domingo y al día siguiente yo tenía que estar en la ciudad para trabajar con mi queridísima mafia en lo que probablemente sería el comienzo de una caza de mutados masiva.
En resumen, que esa noche tenía que bajar a la ciudad.
Ya lo habíamos hablado Gunnar, Jinho y yo la tarde anterior; bajaría con el segundo, que se quedaría en mi apartamento mientras apañaba sus 'asuntos' en la ciudad.
Así que a eso de las nueve y media de la noche, cuando ya era bien de noche y no estaba aconsejado circular por seguridad, cogimos el coche para volver.Nos echamos a 'piedra, papel o tijera' quién conducía... Gané yo, sí, saqué pistola y lo dejé fuera de combate.
En cualquier caso, metimos todas nuestras cosas en el maletero y nos dispusimos a despedirnos de los chicos.
—Por fin va a haber un poco de paz en esta casa —comentó sarcásticamente Rome.
—Me vas a echar de menos estos días —respondió Jinho con aires de superioridad, ganándose una sonrisa torcida del otro, quien me estaba pasando una de las bolsas que teníamos que meter en el maletero.
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Tinta Negra [TN#1]
Science FictionSoy Ciara Byrne y si estáis leyendo esto es que al final he conseguido que no me maten. Mirad, chicos, el mundo está repleto de mutados -o gente con habilidades especiales, para que me entendáis-, y eso a las grandes potencias no les hace demasiada...