Las luces de la discoteca y la música tan alta eran más aturdidoras que cualquier llave de lucha que yo conociera. Si a eso le juntabas muchas rondas de chupitos y nueve chicos pasados de vueltas, te queda como resultado una noche memorable.
Nos habíamos adjudicado unos sofás que había junto a los baños, por si acaso, aunque estos básicamente los ocupaban Kale, Rome, Gunnar y Arthur, que parecían más reacios a levantarse y bailar... o lo que fuera que estábamos haciendo los demás.
Nos habíamos puesto en el centro de la zona de baile, haciendo un corrillo. No sé cómo Taeja acabó con la camiseta de JoJo en la cabeza a modo de sombrero. Al pequeño no le habían sentado muy bien los chupitos y ahora lucía el piercing que llevaba en el pezón izquierdo. Sí, yo también me sorprendí al principio.
Por supuesto, los demás no hacían nada para arreglarlo, se limitaban a reírse y saltar.
Me despisté unos segundos ayudando a Taeja a levantarse porque se había tropezado consigo mismo y cuando me quise dar cuenta Elya había desaparecido.
Miré a los demás extrañada. Lucas me señaló algo unos metros a mi izquierda. Ahí estaba el chico con cara de ardilla, haciéndose una foto con unos.
—¿Los conoce de algo? —pregunté a gritos, apoyándome en su hombro para que fuera capaz de escucharme.
—Qué va —respondió el pelirrojo frunciendo los gruesos labios sin mucha preocupación. Hizo un amago de cogerme de la cintura para que no me alejara aunque paró enseguida—, pero ya verás lo gracioso que será mañana cuando vea todas esas fotos con desconocidos en su móvil.
Me eché a reír. En realidad, no era algo tan tan gracioso, pero yo iba borracha y mareada.
Sobre las tres de la mañana a JoJo le dio el bajonazo así que lo acompañé hasta los sofás. No me fiaba de dónde podía acabar si lo llevaba alguno de los otros chicos.
—Yo no estoy hecho para esto, Kiera —me decía mientras yo lo guiaba con cuidado poniéndole una mano en el hombro—. Además, he perdido mi camiseta —se lamentó. En ese momento me giré y vi que Taeja seguía llevándola en la cabeza.
—Te dejo con los chicos y ya verás como yo la encuentro —le aseguré, intentando aguantarme la risa.
—Gracias, siempre lo he dicho: hay que confiar en la gente tatuada —definitivamente, el pobre JoJo iba borracho perdido. Me levantó el puño para que se lo chocara. Lo complací después de apreciar el tatuaje con un símbolo illuminati que llevaba en el dorso de la mano.
—¿Por qué llevas eso ahí? —le pregunté, a esas alturas me esperaba cualquier respuesta.
El chico de pelo negro se miró la mano, como si no supiera de qué le hablaba, antes de contestar.
—Creo que fue una apuesta —no parecía muy seguro de que lo decía—. Igual que el punto en el culo que me hizo Taeja.
Vale, eso era información de más.
Finalmente, llegamos hasta los sofás.
Lo dejé sentado al lado de Gunnar que me miró con un poco de horror.
—Tanto chupito le ha sentado mal y ahora está cansado y deprimido —expliqué rápidamente—, voy a buscar su camiseta.
Cuando me di la vuelta para buscar a los demás escuché de fondo a JoJo pedirle a alguno de los chicos que lo acompañara al baño. No pude controlar la risa en ese momento; menuda situación más ridícula.
Me costó encontrar a los chicos, más que nada porque solo Jinho estaba de pie.
Lucas, Taeja y Elya estaban tumbados boca abajo en el suelo mientras la gente hacía lo que podía para no pisarlos.

ESTÁS LEYENDO
Tinta Negra [TN#1]
Ciencia FicciónSoy Ciara Byrne y si estáis leyendo esto es que al final he conseguido que no me maten. Mirad, chicos, el mundo está repleto de mutados -o gente con habilidades especiales, para que me entendáis-, y eso a las grandes potencias no les hace demasiada...