21- Me he estado acostando con una fantasma

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Dejó la chaqueta vaquera negra en mi sofá donde yo también tiré mis cosas y lo llevé hasta el baño, donde empecé a sacar todo el material sanitario que fui capaz de encontrar. Parecía la loca del agua oxigenada.

No tuve que decirle nada para que se quitara la camiseta y pudiera ver todos los cardenales que lucía en el torso. Alcé ambas cejas a la par que soltaba un suspiro.

—No sé si eso a ha sido porque te gusta o porque no te gusta lo que ves —comentó intentando restarle tensión al asunto. Yo le miré con cara de póker—. Ya, también me han intentado apuñalar en una pierna —me informó señalando su muslo izquierdo como quien no quiere la cosa.

Empecé a limpiar con cuidado la parte exterior de las heridas, la sangre se había secado sobre su piel y había que quitarla.

Se sentó al borde de la bañera mientras yo trabajaba con cuidado de no dañarle demasiado la piel. Estuvo en silencio mirándome hasta que finalmente yo hablé.

—Así que sois mutados —murmuré dando pie a que me contara algo acerca de ello.

Jinho clavó sus ojos felinos en los míos y asintió. Se inclinó un poco hacia un lado llevando su mano a la sombra que hacía el lavabo en la pared. Su mano empezó a ser cada vez menos nítida y terminó por desaparecer al "entrar en contacto" con la pared de mi cuarto de baño.

—Mutado fantasma —me confirmó volviendo a la normalidad—; puedo atravesar sólidos y líquidos usando las sombras. Si hay luz, no funciona —añadió encogiéndose de hombros. Yo ya sabía eso, pero hice como si nada. Así que él había sido el que había agarrado a JoJo en la pelea y había atravesado la pared de roca para huir. Rápido y efectivo.

—¿Los demás? —pregunté desinteresadamente sin apartar la mirada de lo que estaba haciendo. Jinho exageró una mueca de dolor antes de responder.

—Si te lo cuento todo ahora le quitas la gracia al asunto —dijo con una sonrisa canalla moviendo ambas cejas. Ahogué una risa. Me di cuenta de que estaba intentando todo el rato que la situación pareciera menos seria de lo que realmente era. No quería que yo me preocupara demasiado por ellos y quería asegurarse de que yo estaba bien.

Por eso preferí hacerle caso y sonreír negando con la cabeza.

—Aun así, no lo sé, pensar que mis nuevos amigos son los que están destrozando una mafia... ¡Que no me parece mal! Pero son muchas cosas que asimilar —dije agitando las manos alrededor de mi cabeza y haciendo una mueca.

Jinho me miró sin expresión alguna, tratando de analizarme. Di gracias a que fuera un mutado fantasma y no un telépata porque yo estaba dándole vueltas en la cabeza a cómo iba a compatibilizar que ellos fueran mis amigos con mi trabajo en la mafia. No podía dejar lo segundo o estaba muerta y no quería dejarlos a ellos.

—Kiera... —murmuró mi nombre como un gato ronronea para que le hagan caso. Y vaya si le hice caso— Si necesitas tiempo para asimilarlo, un poco de distancia... lo entiendo, lo entenderíamos todos —me aseguró con sus ojos felinos aún clavados en los míos.

Suspiré profundamente, reprimiendo un escalofrío, y negué con la cabeza. No quería tiempo, necesitaba estar lo más cerca posible de ellos, mantenerme al tanto de sus movimientos para así poder evitar un conflicto directo entre nosotros.

—Estoy bien, te lo aseguro —le prometí forzando una media sonrisa. Él inclinó ligeramente la cabeza y copió mi gesto.

—¿Estás bien? —murmuró casi a modo de burla, colocando suavemente sus manos en mi cintura e inclinándose hacia delante.

Me limité a levantar una ceja a modo de respuesta. Jinho bajó su mirada a mis labios y agitó un poco la cabeza como si no supiera si hacerlo o no. Yo miré los suyos en forma de corazón solo un segundo antes de atraparlos con los míos.

Tinta Negra [TN#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora