Hoy en 'Ciara tirando abajo vuestras expectativas del mundo criminal': romper una puerta de una patada duele y te puedes caer hacia atrás. Eso sí, el efecto sorpresa no te lo quita nadie. Salvo que no lo consigas a la primera, eso es bastante triste.
En fin, ahí estábamos nosotros, entrando por la fuerza al piso de estudiante de una chica bomba. Mirad, si me hubieran avisado de lo movidito que iba a ser mi primer día de caza allí, me habría hecho la enferma. Es broma, esa opción no existe aquí.
Entramos despacio, Lea y yo abriendo el grupo como de costumbre. No sabíamos dónde exactamente se encontraba la chica y un mutado bomba que tenga cierto conocimiento y control de sus poderes puede resultar peligroso.
La entrada daba directamente al salón, donde nos encontramos la primera advertencia: la ventana estaba abierta de par en par. Corrí a asomarme por ella; no podía haber salido por ahí, ¿verdad? Estaba demasiado alto y no parecía una superficie segura para escalar hacia abajo.
En la calle pasaba un único coche y un hombre paseando a su perro. Nada del otro mundo, nada sospechoso. Hice una señal a Lea para que me sujetase un brazo y poder asomarme un poco más.—No hay rastro de ella por aquí —informé si dejar de observar la calle en busca de alguna pista que me indicase si la chica había huido por allí.
No se escuchaba absolutamente nada más en la casa a parte de los pasos de mi equipo. Registramos todo el salón, esperando encontrarla escondida en algún hueco o rincón. Yo deseaba con todas mis fuerzas que la chica simplemente estuviera oculta y asustada en algún sitio, o que hubiera huido. Si la cogíamos sin armar jaleo la llevarían a un centro de entrenamiento o a alguna base; si se resistía...
Sin embargo, en esa sala no había nada que nos pudiera indicar qué había sido de ella. Era un piso de estudiante pequeño y desordenado, lo más fuera de lugar que hallamos fue un folleto de la pizzería de la esquina.
De nuestro grupo de cinco, dos se habían metido ya a lo que parecía ser su cuarto y a la cocina. Habían encontrado el mismo panorama que nosotras: ni rastro de la chica y todas las ventanas abiertas de par en par.
—¿Sabía que veníamos? —murmuró Bultz para sí mismo, aunque alcancé a oírlo. Estaba incrédulo ante la situación, realmente no se oía absolutamente nada más aparte de a nosotros en aquel apartamento.
—Eso es imposible —rebatí yo—, nos han adjudicado esta mañana nuestro objetivo —le recordé, yendo hacia otra parte de la casa, con el corazón latiendo con fuerza en el pecho.
Solo nos faltaba una habitación por mirar: el cuarto de baño. La puerta de este estaba en el pasillo, junto a la de su habitación. Estaba cerrada al igual que lo habían estado las otras antes de que entrásemos nosotros.
Uno de mis compañeros se adelantó y abrió la puerta sin pensárselo dos veces. No sabéis cómo me alegré de haberle dejado pasar porque en el momento que puso un pie en el cuarto de baño, un váter de descolgó sobre su cabeza. La cuerda que lo había estado sujetando se quedó ahí en medio y fue casi cómico.
Me quedé tan alucinada que me costó un par de segundos analizar la situación. Era un baño pequeño y estrecho, que ahora carecía de váter, con un lavabo que sí seguía en su sitio a la derecha y una bañera con la cortina corrida al fondo. Desde la entrada podía ver que en la pared de la bañera había también una pequeña ventana abierta. Sin embargo, una vez más, no parecía haber nadie ahí dentro. Salté por encima del chico, ahora tirado en el suelo con la cabeza sangrando, sujetando mi pistola con firmeza en una mano y fui hasta la bañera.
Me dio tiempo a apartar la cortina antes de escuchar algo caer detrás de mí.
Al girarme me encontré con una chica no muy alta de cabello oscuro arreglado en un wolf cut, piel morena y profundos ojos negros.
En ese momento el resto de mi equipo se reunió en la puerta del baño. Sacaron rápidamente sus armas al ver al compañero en el suelo y a la chica. Pero yo percibí otra cosa.
ESTÁS LEYENDO
Tinta Negra [TN#1]
Science FictionSoy Ciara Byrne y si estáis leyendo esto es que al final he conseguido que no me maten. Mirad, chicos, el mundo está repleto de mutados -o gente con habilidades especiales, para que me entendáis-, y eso a las grandes potencias no les hace demasiada...