58- Introspecciones mentales, furgonetas de helados y vestidos de lentejuelas

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Nunca antes había experimentado a otro telépata tratando de meterse en mi cabeza. Por eso cuando empecé a sentir la intrusión de Lucas, entré en pánico.

La forma en que había ordenado que me detuviera retumbaba en el fondo de mis pensamientos. Intentaba resistirme lo mejor que podía, pero había otra amenaza más grave en esos instantes.

Era consciente de cómo estaba tratando de hurgar en mis recuerdos. No podía permitírselo, era demasiado peligroso.

Cuando empezaron las visiones borrosas supe que estaba fallando. Paisajes sin definir, ecos de voces, formas distorsionadas. Me concentré lo máximo que pude en echarlo de allí. No podía.
No sabía qué estaba buscando exactamente, dónde encontrarlo y bloquear toda mi mente de vez era imposible.

Entonces mi vista se aclaró.

Se me secó la boca al reconocer al instante la escena. ¿Cómo iba a no hacerlo? Era inconfundible.

Sabía que Lucas estaba viendo a través de mis ojos y eso me aterrorizaba aún más: no iba a ver el contexto.

Veía mi brazo estirado delante de mí, sujetando mi pistola con toda la firmeza que mis temblorosos brazos me permitían. Contra su punta estaba la sien del chico por el cual me había ido a consolar unos días atrás.

Sus ojos felinos me miraban fijamente, aun barajando qué podía hacer.

—Byrne, tienes diez segundos —me advirtió la voz de mi superior, haciéndome consciente del arma que también me apuntaba a mí—. Diez...

Ahí empezó la cuenta atrás. A penas la escuché, mis sentidos embotados, únicamente capaces de centrarse en los dos ojos felinos que me miraban expectantes.

La espera volvió a hacerse eterna aunque, bueno, solo fueron diez segundos.

—Hazlo —Jinho tenía el rostro y los hombros relajados, como si hubiese aceptado lo que iba a pasar. Me mordí el labio, tratando de contener todo lo que sentía dentro de mí—. Me acordaré de ti —añadió en un tono tan suave que se confundió con la cuenta de Bultz.

"Tres".

—Lo siento —fue lo único que logré dejar escapar con apenas un hilo de voz

"Dos".

—Volveremos a vernos —me prometió en un susurro casi imperceptible.

"Uno".

Y apreté el gatillo.

Fue como si me sacaran la cabeza después de haberme obligado a mantenerla debajo del agua. Repentino, desagradable y desorientándome.

Me costó varios segundos volver a respirar con normalidad y ser consciente de mi entorno.

Las manos de Lucas, que aún descansaban suavemente sobre mi piel, temblaban considerablemente. Acababa de realizar un esfuerzo al que no estaba acostumbrado.

Me miraba con una mezcla de sorpresa, decepción y temor que me hizo sentir una punzada de dolor en el corazón. Sabía que yo había matado a Jinho. Sin embargo, había visto el recuerdo desde mi punto de vista; no me había podido ver la cara...

—Byrne —murmuró aturdido, separándose de mí, todavía estupefacto. Sí que había oído a Bultz decir mi apellido.

Intentó quitarme la capucha y el cubre bocas, pero lo detuve con un movimiento rápido, interceptando su brazo y colocándolo al lado de su cabeza.

Escuché a lo lejos a mi superior gritar algo acerca de que nos disparaban y una orden a Lea para que se levantase. Me alivió distinguir la voz de mi amiga respondiéndole con toda la mala educación del mundo. Estaban pasando demasiadas cosas al mismo tiempo.

Tinta Negra [TN#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora