3

563 132 74
                                    

—Sigo sin entender por qué dijo que nos veríamos el martes si te llamaron hoy. —ruedo los ojos.— Da igual, mi mejor amigo ha clasificado.

—Ya me siento un famoso. —bromea y golpeo su costado.— Bueno, al menos estoy orgulloso de haberlo logrado.

—Todos a tu alrededor estamos orgullosos.  —aseguro soltando su mano cuando llegamos a la oficina.— Ve, yo debo buscar un baño.

Asiente, le deseo suerte y me alejo por el pasillo buscando un baño.

Habíamos venido luego de que ayer le llegara un correo diciéndole que hoy debía traer no sé cuántos documentos y enterarse de lo que viene en adelante.

Y en serio estoy feliz pero no entiendo por qué Ruggero me dijo que nos veríamos el martes entonces. Pero también entiendo que quizá solo estoy loca.

Hallo un baño al final del pasillo. Entro a hacer mis necesidades y cuando salgo lavo mis manos antes de acomodar mi cabello.

Hoy no amanecí de un buen humor, he de ser sincera.

Los lunes son para andar con la cara larga todo el día. Y esa no es la excepción.

Al salir camino relajada por los pasillos buscando la oficina donde mi amigo se quedó. Pero escucho los acordes de una guitarra y tengo que acercarme buscando al responsable porque para chismosa yo.

Ingreso a la primera sala que encuentro deleitándome con la vista que obtengo. Ruggero tocando y cantando una canción.

Me apoyo en el marco de la puerta escuchándolo, canta muy bien, y no entiendo cómo antes no sabía de su existencia.

Todo el mundo debería saber de él. Es un verdadero artista.

Dime cómo hacer pa' que te quedes conmigo
Para despertar y tenerte a lado mío
Si quieres un beso yo te lo doy
Yo te confieso muero por vos
Dime cómo hacer pa' que te quedes conmigo

Bien, su voz es maravillosa. Evito acercarme más, su interpretación es muy linda y juro que quiero decírselo pero es obvio que ni me va a dar las gracias.

Le echo una mirada a todo el lugar. Hay algunas sillas a su alrededor, algunos espejos en la pared y demás. ¿Qué será todo esto?

¿Será que Guille llega a pisar este salón?

Hablando de él. Debería volver...

—¿Disfrutando de lo que escuchas?

Levanto la mirada fijándome en el espejo. Él me sonríe a través de este dejando de tocar.

Llevo mis manos a mi espalda.

¿Por qué cada momento con él es vergonzoso?

—Hola. —saludo y él suelta una risita.

—Hola, ¿gustas sentarte?

Asiento, él me pide que cierre la puerta y me siente frente a él. Lo hago y cuando estamos frente a frente, aleja su guitarra.

Puedo ver su labio levemente lastimado y cuando quiero preguntar, él se adelanta respondiendo.

—Sí, fuiste tú.

—Ay, lo siento. Yo solo estaba... —muerdo mi labio inferior.— Perdón.

—No, descuida. No es como si tuvieses que pagarme un seguro médico. Además es algo muy pequeño.

Asiento, él vuelve a reírse.

—A ver, señorita. Cuéntame más de ti. ¿Viniste con tu amigo?

Inapropiadamente PeligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora