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—¿Estás segura de esto? —Guillermo acomoda su corbata. Niego.

Estar segura de esto sería algo apocalíptico, yo solo sé que quiero hacer un último digno intento. Que sea lo que él santo Dios quiera. Yo le hago a lo que sea.

Hacer que el viejo hable fue difícil, pero nada para mí es imposible y si al don le van las jóvenes, debía aprovechar eso a mi favor.

Es más, yo tenía más ventaja porque soy dos años menor para Jena. Toda una joya para el viejo.

Un par de tragos, palabras que me causaron repele, y ya lo tenía comiendo de mi mano. Ahora sé lo que quería saber y sabré usarlo a mi favor.

Había insistido para que mi amigo me acompañara hasta Italia para desenmascararla. Ruggero realmente me importa y estoy dispuesta a demostrarlo.

Tocan la puerta, suspiro profundo acomodando mi cabello. Guillermo asiente mientras pide que pasen.

—¿Alguien pidió un taxi?

Sonrientes vemos a Andrea acercarse con las llaves en manos, asentimos y mientras ellos se saludan muy cariñosamente, yo me pongo mis aretes y aplico el labial.

Finalmente salimos del hotel, Andrea conduce hacia el hotel y durante el trayecto le da fuerzas de hacer esto.

Apenas anoche le conté toda la historia, y ahora cree que estoy haciendo lo correcto. Y aunque yo sé que no lo estoy haciendo, prefiero que sea así.

De cualquier manera Ruggero me odia, hacer que abra los ojos no cambia nada.

Cuando se estaciona, miro mis manos ansiosa, Andrea toma mis manos y Guillermo asoma su cabeza desde atrás.

—Estarás genial desenmascarando a la bruja, hermanita. —susurra él. Andrea sonríe.

—Estarás absolutamente bien, Karol. Solo sé tú y a la mierda el resto. Si Ruggero es un tipo inteligente te agradecerá, si no, que se vaya a la mierda. Después de este día, pase lo que pase, serás una persona nueva.

Asiento, ella le da un leve apretón a mis manos y sonríe antes de soltarme. Me bajo del auto y pronto Guillermo se pone a mi lado.

Nos miramos, sonríe y sin perder una pizca de diversión, mientras caminamos, dice;

—Ya quiero ver el mundo arder y nunca arder en él.

Me detengo en la entrada a la recepción del hotel, esta noche se ingresa solamente con la especial invitación diseñada por la hija de papi perfecta. Sí, la víbora mentirosa que me estoy esforzando por no matar.

No vaya a contagiarme con su veneno.

—Buenas noches. —un amable chico se acerca. Sonrío.— ¿Tienen invitación?

—No en realidad. —dice mi amigo.— Teníamos, pero accidentalmente la perdimos.

—Bueno, no hay problema. Puedo ayudarlos buscando sus nombres en la lista.

Miro a Guillermo, él me sonríe y toma mi mano tirando de esta para seguir al chico que amablemente se ha ofrecido a revisar la lista de invitados donde evidentemente no estoy registrada.

¿Qué clase de novia tóxica sería Jena mentirosa Jackson si invita a la mujer que marcó la vida de su futuro esposo?

Y con "marcó" no me refiero a que él todavía me ama, aunque no me molesto si eso sucede...

Me estoy refiriendo a que mis "mentiras" tuvieron un gran alcance.

—¿Me ayudan con su nombre?

Inapropiadamente PeligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora