—Estoy llegando, ni se les ocurra empezar sin mí.
—¿Cómo vamos a comenzar sin ti, Karol? A la que vamos a despedir es a ti.
—Ya sé, idiota. Me refiero a que... Claro, cuelga, pendejo.
Guardo el teléfono en el bolsillo de mis jeans y acelero el paso mientras arrastro mi maleta y maldigo el haber traído tacones en lugar de zapatos cómodos.
Solo a mí se me ocurre el querer volar con estilo. Solo a mí...
Al menos espero que a mi acompañante no se le ocurra ir en pijama o en serio tendré un problema.
Uno en el que yo quede como la que se muere por lucirse en el aeropuerto mientras él va en pijama. Que original.
Por fin llego al aeropuerto y no tardo nada en correr hacia la sala en donde me están esperando. Solo a mí se me ocurre tomar una siesta que duró más de lo esperado.
Por fin veo a todo el mundo parado en la sala, corro hacia ellos arrastrando mi maleta.
—Llegué. —intento tomar aire.— Puta madre, no vuelvo a quedarme dormida.
—Esa boquita. —reprende Guillermo.
—Cállate, pendejo. —le golpeo.— Ya te he dicho que no me cuelgues cuando estoy hablando.
—Me aburres.
Ruedo los ojos, Andrea me abraza y tengo que reír por el dramatismo que hacen. No me voy para siempre.
Lo mismo pasó con la abuela, y con Montserrat que no dejaba de llorar creyendo que no volvería. Pero les dije ya.
Serán solamente unas cortas vacaciones de tres meses y medio. Ahora que he obtenido mi título universitario, me merezco un descanso de toda esta mierda.
Es que mi vida ha sido un caos desde los diecinueve. Y ahora que encontré la calma en la tormenta, lo pienso aprovechar.
—Tienen el tiempo justo para registrarse. —dice Andrea y asiento.— ¿Feliz?
—Cansada. —resoplo acercándome a saludar al resto.— Les voy a extrañar.
—Y nosotros. —Agustín besa mi frente.— Aunque te veré en una semana.
—Déjame ser dramática, ¿si? De todos modos, cuando yo vuelva, te voy a extrañar.
—A todo esto, ¿qué no debíamos empezar sin ti? —pregunta Nicole. Sonrío.
—Siempre quise decir eso.
Ellos ruedan los ojos y yo sonrío mirando al responsable de este caos.
—¿Nos vamos?
Asiente tomando mi maleta, me despido de Guillermo como si él se fuese a morir mañana. Beso la mejilla de Andrea y le susurro que mientras no estoy, me mantenga al tanto de todo.
Después de la boda de Ruggero pasaron muchas cosas, entre ellas, Carla volviéndose loca en el intento de volver con Guillermo. Pero él ya es feliz con Andrea así que necesito drama para vivir.
Tengo que saber qué pasa en mi ausencia. Sobre todo porque necesito esas vacaciones.
Primero en Reino Unido, luego en Italia y finalmente en Argentina. No hay el por qué explicar la diferencia tan grande entre estos destinos.
Al menos son vacaciones pagadas así que mejor me callo y disfruto.
Será increíble.
Ya quiero viajar.
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Inapropiadamente Peligrosa
Romance"Perdóname si te hice pensar que somos más que amigos" Puede que mis actitudes sean las de una mujer enamorada, pero eso no puede llegar a significar que voy en serio. Suele ser un poco típico de mi personalidad que mis sentimientos actúen en desacu...