Que aburrida es la vida de una castigada. Que aburrido es no hacer nada más que mirar el techo, hacer tareas y escuchar música.
Y si a eso le sumamos las ganas que tengo de coincidir con Ruggero en una fiesta, estoy jodida.
Así que está comprometido...
No lo puedo negar, ese día terminé llorando como si me hubiesen dicho que se acababa de morir alguien importante para mí. Guillermo tuvo que calmarme antes de que terminase haciendo una locura.
Y bueno, ahora mi vida se basa en reprimirme cuando veo a Jena luciendo su caro y precioso anillo de compromiso y llorar en las noches de insomnio cuando veo el balcón y recuerdo su cuaderno de canciones.
He de admitir que he sido una masoquista de mierda y lloré las tres primeras noches. Me quedé dormida soñando que regresaba y me decía que todo había sido un mal sueño.
Pero bueno, eso sucede en las novelas de amor con presupuesto.
Así que había decidido dejar de llorar y hacer algo por mi vida ahora que he comenzado con la universidad. Es aburrido pero es lo que hay.
Además Guillermo puede venir a verme, aunque cada que viene no podemos cerrar la puerta porque la abuela ya desconfía de todos los hombres que se me acercan. No le culpo en realidad.
Le fallé, realmente me dio la confianza y yo fallé. Así que no puedo hacer más que callarme y aceptar mi culpa.
Mi maldita culpa.
¿En qué se está convirtiendo mi vida?
Termino de organizar mi escritorio y sujeto mi cabello en un coleta alta antes de deshacerme de mi camiseta.
Cierro la puerta con seguro y camino hacia el baño, me deshago del resto de mis prendas y finalmente abro la llave de agua helada. Me estoy volviendo loca con el encierro.
Mi habitación y el resto de la casa están brillando de tanta limpieza, me duele el cuerpo de tanto ejercicio y ya tengo las canciones grabadas en mi mente ya que es lo único que puedo hacer.
¿Cuándo se supone que me van a levantar el castigo?
Salgo de la ducha y me visto con un cómodo pijama antes de sentarme frente al espejo y comenzar a desenredar mi cabello.
Lo seco y finalmente hago dos trenzas.
Aplico crema hidratante en mi rostro y me acuesto en la cama mirando el techo.
¿Y ahora qué?
Muerdo mi labio inferior buscando mi teléfono para revisar la hora.
Cinco de la tarde.
Carajo, es temprano para dormir.
Frustrada dejo el teléfono a un lado y me siento contra el respaldar de la cama, que aburrida que es la vida. Me siento como Rapunzel en la torre.
Y ni príncipe tengo, se me fue, maldito príncipe caliente. No, maldita yo que soy la bruja de mi propio cuento.
Es que no había presupuesto para una villana externa.
Y me tocó cumplir los dos papeles. Protagonista y villana, me veo preciosa de villana.
¡Pero no es justo! Por supuesto que no lo es.
Yo solo quiero que me amen y que me den mimos.
Quiero un novio que no me busque por sexo y luego se vaya. Lo quiero, lo quiero, lo quiero.
Y ahora mismo parezco una niña berrinchuda mientras me cruzo de brazos y miró el techo.
A las seis me doy una vuelta más en la habitación. A las siete bajo a cenar llevándome la sorpresa de que mis queridas hermanas y mi madre cenarán con nosotros.
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Inapropiadamente Peligrosa
Romance"Perdóname si te hice pensar que somos más que amigos" Puede que mis actitudes sean las de una mujer enamorada, pero eso no puede llegar a significar que voy en serio. Suele ser un poco típico de mi personalidad que mis sentimientos actúen en desacu...