—Vaya, si vinieron. Creí que no vendrían y me dejarían plantado con esta mierda. —dice Agustín apenas entramos al lugar. Ruggero golpea su nuca como saludo y yo solo ruedo los ojos. Estos siempre están peleando. Me ponen nerviosa.— ¿Nicole vino con ustedes?
—Sí, vino. —aseguro.— Pero está afuera ayudando a Carla con un pequeño problema que tuvo.
—Genial. Iré a recibirlos y ustedes sigan, adelante, pasen.
Mientras se aleja, miro a Ruggero que me sonríe mientras toma mi mano llevándome dentro del bar que esta noche ha sido reservado especialmente para esta noche. Agustín lo reservó.
Y me pregunto por qué. No hay nada que celebrar según yo.
—Ignora su nerviosismo. Es que está pasando un difícil momento de estrés. —me explica mi novio.
—Pero estrés por qué.
—Nicole y Carla vinieron, ¿no?
—Sí, pero no entiendo.
—Agustín se ofreció a organizarle esta fiesta a alguien que fue especial para su vida.
—¿Valentina?
—No, Carolina. Ella es su... —suspira.— Dicen que nunca fueron nada pero es obvio que son ex novios.
—¿Sabían que aunque dice que no, Nicole es demasiado celosa?
Muerde su labio inferior. Suspira y se encoje de hombros.
—No es mi problema, amor. Ven, te voy a presentar a alguien.
—¿Puedo saber al menos qué celebramos?
—Carolina es modelo, y ha conseguido ser la portada de una importante revista de aquí.
—¿Nada más por eso? ¿Y encima son ex novios?
—Sí, ¿qué tiene de malo?
—Nada, solo se me hace extraño. —hago un mohín.— Yo saqué la nota más alta de mi examen en la universidad, ¿me harás una fiesta?
Él se ríe, me envuelve en sus brazos y deja un beso en mi frente antes de tirar de mi mano llevándome a la barra.
Pide una bebida sin alcohol para mí y un whisky para él. Le sonrío al bartender cuando me pasa una limonada.
—Amor. —llama mi atención. Le miro.— ¿Sí sabes que Candelaria y Susie están aquí?
—No sabía pero ahora lo sé. —sonrío.— Deja de preocuparte por nada.
—Ya, es que también hay más personas aquí.
—Sí, y no conozco a básicamente nadie.
—No, es que... —suspira.— No sé por qué me complico tanto para decirte esto.
—No te compliques más y dime. —sugiero.
—¡Ruggero!
Él deja de mirarme para centrar su atención en una bonita chica que se nos acerca. Se pone de pie y sonriente le abraza.
Me quedo en silencio observándolos. Hasta que ella por fin deja su efusividad y deja de besarle la mejilla.
—Me encanta volver a verte, guapo. —dice emocionada.— No podía creer cuando Agustín me dijo que estarías hoy aquí.
—No tenía planeado venir en realidad. —admite él.— Pero es bueno volver a verte.
—Ay, cariño.
Con disimulo, Ruggero se hace para atrás evitando un nuevo beso y centra su atención en mí haciéndome sonreír.
Toma mi mano y vuelve a mirar a su amiga.
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Inapropiadamente Peligrosa
Romance"Perdóname si te hice pensar que somos más que amigos" Puede que mis actitudes sean las de una mujer enamorada, pero eso no puede llegar a significar que voy en serio. Suele ser un poco típico de mi personalidad que mis sentimientos actúen en desacu...